La Xunta tendrá que apretarse de nuevo el cinturón el próximo año en los presupuestos porque va a contar prácticamente con los mismos ingresos que en 2010, que ya obligaron a elaborar las primeras cuentas restrictivas de la historia de la autonomía. Ante este adverso escenario económico, la Consellería de Facenda acaba de dictar unas severas instrucciones para la elaboración de los presupuestos del año 2011 en las que exige a cada departamento de la Xunta, con el fin de contener el gasto corriente, el máximo control sobre "cada euro" destinado a subvenciones así como una justificación de la necesidad de cada una de ellas.

Para evitar cualquier relajación en el cumplimiento de estas directrices, la propia titular de Facenda, Marta Fernández Currás, se pondrá al frente de una comisión de nuevo cuño que será la encargada de evaluar todos los programas de gasto y asignar las partidas presupuestarias para cada capítulo.

El pronóstico de Facenda para 2011 es que la situación será muy similar a la de este año, al menos desde el punto de vista presupuestario. Y eso a pesar de la previsión de que se produzca un incremento moderado de los ingresos en concepto de impuestos, tanto por la subida del IVA como por la eliminación de los 400 euros del IRPF. Pero esta mejora en la recaudación no tendrá efectos finales para las arcas autonómicas.

Las razones son varias. Por una parte, el Gobierno ha aplazado hasta 2012 la entrega a las autonomías de los recursos adicionales previstos en el nuevo sistema de financiación autonómica. Esto se traducirá en que Galicia dejará de percibir 131 millones de euros con los que contaba en 2011 por este concepto. Además, la Xunta también tendrá que afrontar el próximo año la devolución al Gobierno de 120 millones de euros que gastó de más en 2008. En total, la hacienda autonómica tendrá que dibujar sus próximas cuentas con 250 millones de euros menos de lo previsto.

Austeridad y servicios públicos

Por otra parte, la subida del IVA, que tendrá también un impacto sobre los ingresos que corresponden a las comunidades por la recaudación de este impuesto, vendrá acompañada de una revisión a la baja del Fondo de Suficiencia en la misma proporción, de tal forma que anulará el previsible incremento de la recaudación fiscal.

Teniendo en cuenta todo esto, la Consellería de Facenda insiste en que la elaboración de las cuentas autonómicas del año que viene tendrán que seguir "la senda de la austeridad" marcada en los dos últimos ejercicios aunque sin "descuidar servicios públicos esenciales". Por ello, tras los ajustes presupuestarios realizados en 2009 y 2010, la Xunta reconoce que le queda poco margen de actuación de cara al próximo ejercicio, de modo que los nuevos recortes de gastos tendrán que venir por la vía de renegociar contratos a la baja, mejorar la gestión del control y la racionalización de los costes y estableciendo prioridades dentro del gasto corriente y las inversiones. "Cada gestor deberá justificar la necesidad y prioridad de cada euro de sus partidas financieras, especialmente en lo que afecta a gastos y subvenciones", argumenta Facenda, que añade que cada proyecto incluido en los presupuestos de 2011 "deberá estar relacionado con un objetivo específico y deberá ir acompañado de los oportunos indicadores" para determinar si se cumple o no.

Para velar por el cumplimiento de estas premisas, la Xunta se apoyará en dos comisiones de nueva creación: una dedicada a definir los objetivos de cada programa presupuestario y otra que se centrará en la evaluación del gasto, siendo la encargada de distribuir el crédito en función de los recursos disponibles y de las prioridades de gasto establecidas. Al frente de esta comisión funcional de gasto estará la propia conselleira de Facenda.

El director xeral de Orzamentos, Miguel Corgos, insistió ayer en que el recorte presupuestario de 206,65 millones de euros anunciado por la Xunta después de conocer que el Estado no abonará los anticipos de los fondos adicionales de la nueva financiación autonómica, no afectará a los servicios sociales y justificó que los ajustes deben hacerse "cuando aún hay margen". Durante su comparecencia ante la comisión parlamentaria de Economía, Corgos dijo a la oposición que entiende que quieran "sacar rendimiento político" de estas reducciones en el presupuesto para 2010, pero apeló a la "responsabilidad" de los representantes públicos.

El ahorro para hacer viable el recorte, afirmó, "se hace en otras partidas, no de los servicios sociales" y censuró el planteamiento "incrementalista" que socialistas y nacionalistas "siguen defendiendo" porque están "de espaldas a la realidad". "Si tenemos problemas para dotar de personal a las escuelas infantiles que repartieron por toda Galicia, es lógico que disminuya la partida de ayuda a la fiesta de la empanada del ayuntamiento de turno", dijo Corgos al portavoz del BNG, Fernando Blanco, quien censuró que se anuncien ahorros pese a que, en la aprobación de los presupuestos, la Xunta afirmó que "no cabía más reducción".

El nacionalista comparó el primer trimestre de 2010 con el del año pasado para asegurar que ahora hay "casi 40.000 parados más", mientras el Gobierno gallego "modifica todas sus líneas de actuación" y hace que los presupuestos, que "no eran sociales", lo sean "mucho menos". Por su parte, la representante del PSdeG, María José Caride, censuró que se rebajen en 43 millones los fondos en los capítulos de inversiones productivas de la Consellería de Medio Ambiente y se proponga una reprogramación de obras públicas que "significa retraso".