Al son de la Real Banda de Gaitas de Ourense, la Consellería de Cultura e Turismo inició el lunes de la semana pasada la promoción de Galicia en la Expo Universal de Shanghái. Cinco días de conciertos, exhibiciones gastronómicas, actos de promoción del Xacobeo y exploración de mercados que supusieron un coste de 300.000 euros para las arcas de la Xunta. Así lo reconoció ayer el presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, tras la reunión del Consello. Un coste, según argumentó, muy inferior al previsto inicialmente -3 millones de euros- ya que debido al escenario económico actual el Departamento que dirige Roberto Varela desechó la posibilidad de tener un pabellón propio en el recinto de la Expo de Shanghái. "Esto supone un ahorro del 90% sobre el presupuesto inicial", justificó el presidente de la Xunta. "Se demuestra -añadió- que con menos se puede hacer más".

Pero ni los objetivos de los cinco días de "viaje folclórico" a China, según definió el PSdeG, ni los argumentos de Feijóo sobre los costes convencen a la oposición. Para los socialistas y nacionalistas, este viaje no supone un ejercicio de austeridad por parte del actual equipo de Gobierno. "La hiperactividad viajera de la Xunta no casa con la austeridad", censuró ayer el portavoz del BNG en el Parlamento, Carlos Aymerich, quien anunció que como ya hizo su grupo con el viaje del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, a Venezuela, también pedirá a la Xunta las facturas del viaje organizado por Cultura e Turismo a Shanghái.

"Cuestiones folclóricas"

Desde el PSdeG, su portavoz del Área Institucional, José Manuel Lage, exigió explicaciones a Feijóo "de lo que él entiende por austeridad". "Supongo que este viaje serviría para más cuestiones que las folclóricas", cuestionó al Lage. Y por ello, los socialistas gallegos pedirán la comparecencia en el Parlamento del conselleiro de Turismo para que explique "los objetivos" del viaje, así como los "logros" y la "valoración" de la inversión que acarreó.

El PSdeG ya registró la semana pasada una propuesta en el Parlamento para reclamar una normativa que regule los viajes institucionales realizados por miembros de la Xunta. Con esta iniciativa, según recordó ayer Lage, los socialistas pretenden evitar que se mezclen actividad institucional y la de partido, así como obligar a los dirigentes autonómicos a comparecer en el Parlamento para "dar cuentas" del propósito, la agenda y los resultados de las visitas fuera del territorio estatal. Asimismo, demanda que se reduzcan "al máximo" las comitivas, con el objetivo de disminuir gastos.

En el caso del viaje de la semana pasada organizada por Turismo a la Expo Universal de Shanghái, los 300.000 euros desembolsados por la Xunta incluyen los traslados y las estancias de la delegación de Turismo -el conselleiro, la secretaria xeral de Turismo, el director de Agadic, y tres miembros del gabinete de prensa-, los artistas gallegos que participaron en la apertura de la semana grande de la Expo -Budiño y su grupo de músicos, la Real Banda de Gaitas de Ourense y la compañía Nova Galega de Danza-, el cocinero Pepe Solla y los medios de comunicación que cubrieron el evento, así como los gastos derivados de la puesta en escena de las distintas actuaciones. Según argumentaron desde la Consellería de Cultura, "se hace una inversión en función de las expectativas y los resultados que se esperan obtener". En este sentido, defendieron el "mercado apetecible" que suponía China para "difundir la economía y la realidad de Galicia". "No es una inversión millonaria", zanjaron desde el departamento que dirige Roberto Varela.

Y la próxima semana, la agenda de la Xunta incluye un nuevo viaje al exterior. En esta ocasión para promocionar durante tres días el Año Santo en Roma.