Cambios en las constructoras, acusaciones de despilfarro, sabotajes, paralización de las obras y hasta investigaciones parlamentarias y judiciales. El complejo arquitectónico con el que hace 11 años Peter Eisenman logró seducir a un selecto jurado no ha dejado de encontrar piedras en el camino, tantas que en ocasiones amenazaron incluso su propia continuidad. Nueve años y medio después de aquella primera piedra colocada en el Gaiás, la Cidade da Cultura sigue todavía muy lejos de su finalización. Solo dos de los seis edificios -que probablemente se inauguren en el mes de enero- están ya terminados, otros dos siguen en obras y tanto el Centro da Música e das Artes Escénicas como el CAI están "aparcados" por la crisis. Sin embargo, cuando Manuel Fraga encomendó en 1999 a un prestigioso jurado la selección del mejor proyecto para la Cidade da Cultura, su intención era ver acabadas las obras bajo su mandato. El primer plazo que se barajó fue el año 2005 aunque desde entonces ya ha pasado un lustro y por la Xunta, otros dos gobiernos. El bipartito tampoco logró cumplir su calendario y aunque anunció la apertura de los primeros edificios para 2009, no pudo ser. La última fecha fallida fue el Xacobeo, una percha ideal para abrir al público una parte del complejo pero que a dos meses del cierre de la Puerta Santa se da por descartada. Mientras tanto, el presupuesto inicial de 108 millones de euros se ha desorbitado tanto que ahora parece ridículo. La Cidade da Cultura ha absorvido ya más de 500 millones y la cifra sigue subiendo.