La Audiencia Nacional absolvió ayer a los ex dirigentes de los Grapo Manuel Pérez Martínez, camarada Arenas, y María Victoria Gómez de ordenar la colocación de tres bombas en otras tantas delegaciones del Ministerio de Economía y Hacienda en 1998. Los jueces argumentan que su pertenencia a la dirección del grupo "no basta" para imputarles estos delitos. El fiscal solicitaba para ambos una pena de 12 años de prisión.

En la sentencia dictada ayer por la Sección Primera de la Sala de lo Penal considera que "por su sola condición de jefes" de los Grapo "no puede castigárseles" por los delitos de daños terroristas que les imputaba la Fiscalía. Según los magistrados, no hay prueba de que Pérez y Gómez dieran las "órdenes concretas -no genéricas- para que otros terroristas atentaran". Los dos acusados ya están condenados por dirigir la organización terrorista de extrema izquierda.

La resolución considera probado que cuando ocurrieron los hechos -en 1998- el camarada Arenas era miembro del Comité Central del Partido Comunista de España Reconstituido (PCE-r) y Gómez integraba el comando central de los Grapo.

Para el tribunal, presidido por Javier Gómez Bermúdez, no existen pruebas de que los acusados tuviesen "conocimiento preciso" de que se iban a ejecutar esos atentados antes de que se produjeran "de modo que pudieran haberlos evitado".

"Aún admitiendo que el autodenominado comando central de los Grapo fijara los objetivos genéricos de la banda, no se ha probado que entre ellos estuviera el ataque a las oficinas de la Hacienda Pública con el fin de causar grandes daños", sostiene la sala.

Tampoco se ha demostrado que existieran "planes concretos" para cometer delitos o "qué o quiénes" eran los que iban a sufrir los actos terroristas durante ese año 1998 por parte de los Grapo.

Los hechos tuvieron lugar el 13 de marzo de 1998 cuando, pasadas las cuatro de la madrugada, dos artefactos hicieron explosión en oficinas de la Agencia Tributaria situadas en calle de Arturo Soria 99 y en la Plaza del Doctor Laguna, en Madrid, y otro no llegó a explotar en Alcobendas. El ataque provocó grandes daños materiales en las dependencias atacadas.

Ese mismo día, los tres ataques fueron reivindicados por los Grapo mediante una llamada telefónica y posteriormente en un comunicado remitido a la prensa el 30 de abril de ese año.

Durante el juicio, Pérez Martínez causó un incidente al cantar la Internacional en su último turno de palabra acompañado por una veintena de familiares y amigos.