Otras sentencias del TSXG que ordenan la demolición de gasolineras aún están sin cumplir varios años después de su firma. En A Coruña, en la calle Gregorio Hernández, la empresa Cepsa ya tiene licencia para reducir en 214 metros cuadrados la superficie de la instalación —un 20%—, suprimir un surtidor y modificar el recinto para adaptarse a los viales que la rodean, tras el fallo del alto tribunal gallego de 2008 que obligaba a su derribo. De este modo, el Ayuntamiento emplea la fórmula de la legalización para intentar "salvar" la estación de servicio.

En Sada, la gasolinera de O Tarabelo permanece precintada desde enero del año pasado sin que se haya procedido a su destrucción. El demandante, como en el caso de Ortigueira, es un propietario de dos estaciones de servicio en el término municipal que advirtió a los tribunales de las incongruencias entre el proyecto de ejecución y la licencia municipal y el resultado final de las obras. El TSXG dio la razón al particular hace once años, pero no fue hasta 2009 que se cerraron al público los surtidores. Además, el ex alcalde, Ramón Rodríguez Ares, declaró en abril en un juicio por desobediencia, al no informar al tribunal sobre el permiso.