La decisión de la Xunta de suprimir las subvenciones a las líneas de tren deficitarias amenaza con dejar sin servicio ferroviario al 20% de la población gallega. Renfe ya ha manifestado en varias ocasiones que si las líneas gallegas que no cubren gastos dejan de recibir subvenciones "posiblemente" anulará esos servicios, una advertencia que no ha movido ni un centímetro la postura de la Xunta, que no está dispuesta a financiar "la gestión ineficaz" de la operadora. La supresión de las cinco líneas que no dan para cubrir costes en Galicia -A Coruña-Ferrol; Lugo-Monforte; Ourense-Puebla de Sanabria; A Coruña-Santiago-Ourense; y Vigo-Pontevedra- supondría la desaparición del tren en unas 40 estaciones que, según los cálculos de Comisiones Obreras, dan servicio actualmente a una población estimada de más de 200.000 personas.

En el caso concreto de la línea A Coruña-Ferrol -con cinco conexiones diarias en cada sentido y una media de 18 pasajeros por tren- habrá 11 estaciones que desaparecerán como tales si se elimina esta conexión. En la lista figuran las paradas de núcleos tan importantes como Cambre (un municipio con 23.000 vecinos), Miño, Neda (ambos con una población de 5.500 personas) y Fene (con 15.000). Pero también supondría dejar sin servicio ferroviario a todos los estudiantes de los campus de Elviña y A Zapateira ya que éste es el único tren que para en el apeadero de la Universidad. "Que estén en riesgo los trenes entre A Coruña y Ferrol, con la cantidad de población que mueven ambos municipios, es inaudito", denuncia Severino Rodríguez, coordinador del Sector Ferroviario de CCOO, que añade que en la estación de Ferrol el único convoy que parará será el tren hotel hacia Madrid, que "ni por tarifas ni por servicio" está pensado para ser utilizado como un tren de cercanías.

Esto es lo que ocurrirá también con otras paradas importantes como las de Betanzos (Betanzos-Infesta y Betanzos ciudad) y la de Pontedeume, por donde, a parte de la línea Ferrol-A Coruña, solo pasan los trenes de larga distancia hacia Madrid e Irún. "En principio todas las capitales de provincia gallegas además de Vigo y Santiago perderán algún tren", apunta Rodríguez, que por ello reclama que en lugar de suprimir líneas se impulse una red de cercanías a la altura de comunidades como Asturias, que "con mucha menos población tiene 250 trenes de proximidad y 130 estaciones".

Aunque sobre la mesa no hay plazos concretos, el sindicato teme que "en breve" la amenaza de la operadora se concrete en una realidad que supondrá dejar a municipios que superan los 15.000 habitantes, como Cambre, Fene, Lalín o Monforte de Lemos sin ninguna línea ferroviaria. Rodríguez apunta incluso que la eliminación de las rutas podría producirse este año, tras la confirmación de que en 2011 no habrá ayudas destinadas a compensar las pérdidas. Fuentes de Renfe, sin embargo, niegan este supuesto y aseguran que "no hay previsión ni a corto ni a medio plazo" de eliminar ninguna conexión en Galicia y que están a la espera de que Fomento publique el 30 de noviembre el catálogo de líneas ferroviarias declaradas de servicio público.

Las pérdidas que acumulan algunos trenes en Galicia es un viejo problema que, hasta ahora, la Xunta había resuelto por la vía de la subvención. Con una media de 34 pasajeros al día, estas cinco líneas ferroviarias están lejos de ser rentables ya que los ingresos por la venta de billetes cubre apenas un 16,5% de los gastos de mantenimiento que supone poner en marcha estos convoyes. Desde hace 15 años y con el objetivo de mejorar el servicio y fomentarlo, la Xunta paga la diferencia entre los costes de explotación y los ingresos por billetes de estas líneas, en las que ha invertido 40 millones. Sin embargo, ante la falta de resultados, este año ha decidido poner fin a las subvenciones.

El futuro de las líneas deficitarias, con todo, se debate en todo el país. El ministro de Fomento, José Blanco, anunció en verano su intención de cerrar aquellos enlaces más infrautilizados. Para ello, el día 30 el Consejo de Ministros aprobará un catalogo de trenes declarados servicio público y que, por tanto, Renfe tendrá que mantener con la ayuda económica de Fomento. Las líneas de tren que se queden fuera serán objeto de un "plan de reorganización" en el que, si no son rentables, se garantizará la conexión territorial por otros medios.