-A punto de finalizar el año, ¿qué balance hace del Xacobeo?

-Fue un año excepcional. Por un lado, a efectos de turismo tuvimos muy buenos resultados. Batimos todos los récords de turistas y sobre todo de peregrinos. A final de año podemos superar los ocho millones y medio de visitantes. Y se consiguió el objetivo de obtener un diferencial del 0,5 por ciento en el PIB. El otro reto era la programación. Yo no soy quien de valorar su calidad pero creo que quedó demostrada con los índices de asistencia de público. Pienso que en ese aspecto el Xacobeo quedó bastante redondo. Se cubrieron de sobra todas las expectativas.

-Era su primera experiencia organizando un Xacobeo, ¿qué mejoraría ahora si pudiese?

-Es difícil mejorar lo que está muy bien. Pero aprendimos algunas lecciones. Para preparar el Xacobeo se necesita más tiempo y más consenso político. Tuvimos que trabajar a veces hostigados y fustigados por la oposición de una manera innecesaria. Errores hubo alguno. Tuvimos problemas en los festivales gratuitos. Uno en el de Carlos Núñez porque hubo gente que se quejó de que no había espacio y el otro en el de Arcade Fire porque fue una lástima que no se llenara.

-¿Cuánto dinero han captado finalmente de patrocinios?

-Logramos 18 millones.

-¿Y cómo harán ahora para mantener el tirón turístico del Xacobeo en un año con tantos recortes presupuestarios?

-Ese es el reto. No sé si vamos a tener los mismos resultados que en 2010. Pero tenemos los mecanismos y las condiciones para atraer a un gran número de visitantes. El efecto Xacobeo va a durar. Por otro lado, está el octavo centenario de la Catedral. Tenemos los Caminos de Santiago, que vamos a seguir promocionando. Y después está una de las joyas de la corona que ese la Cidade da Cultura.

-¿Habrá algún tipo de campaña para dar a conocer a nivel internacional la obra del Gaiás?

-Sí. Tenemos una campaña para dar a conocer la Cidade da Cultura en todo el mundo. Ya con motivo de la inauguración de la Biblioteca y el Archivo el próximo día 11 hay invitados varios redactores de periódicos internacionales, el del New York Times, por ejemplo, ya nos confirmó que va a estar aquí. En un momento de crisis la mejor promoción no es un gran programa de medios sino invitar a los que generan opinión. Es más rentable pagarle un viaje a un redactor del New York Times que pagar una página de publicidad en ese mismo periódico. Además Fitur, en Madrid, va a estar protagonizado el próximo año por la Cidade da Cultura.

- El Guggenheim ha aportado desde su apertura unos 1.750 millones al PIB del País Vasco. En el complejo del Gaiás se han gastado ya 479 millones. ¿Se podrá recuperar algún día esta inversión?

-Puede ser. La diferencia es que el Guggenheim es una marca casi comercial. Nace con una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que lleva un nombre, pero esa etiqueta le resta libertad. Nosotros tenemos aquí una infraestructura que nace sin marca, pero con toda la libertad del mundo. Creo por eso que el resultado puede ser mejor. Además no hay que medir los resultados de la Cidade da Cultura desde el punto de vista del retorno financiero. Lo tenemos que ver en términos de autoestima, proyección... Dicho esto, no es descartable que la Cidade da Cultura a largo plazo sea rentable. Probablemente terminemos recuperando el dinero. Hay un uso cultural del complejo, pero también puede haber un uso comercial. El Gaiás puede ser sede de congresos o marco para el rodaje de películas...

-¿Confía entonces en que los propios ingresos de la Cidade da Cultura puedan sufragar al menos los costes de mantenimiento?

-Eso sería óptimo. De hecho, el complejo del Gaiás lo tenemos que plantear de una forma un poco distinta. Evidentemente una biblioteca es una biblioteca y un archivo es un archivo, pero igual tenemos que pensar con una mentalidad más de futuro. A lo mejor, el museo no debe ser gratuito, aunque al principio sí lo sea. Yo creo que la cultura que se paga se valora más. Yo vengo acostumbrado de Nueva York donde te cobran por entrar a cualquier sitio. Hay que ir despacio, pero hay que transmitir la imagen de que el dinero invertido está bien gastado y de una forma racional.

-¿Y cobrando entradas se conseguiría rentabilizar el complejo?

-Podría ser. Y además está la participación privada. Ya tenemos 11,7 millones de euros de financiación de 15 empresas y me gustaría que se involucraran más.

-¿Se están negociando nuevas aportaciones?

-Sí. En principio estamos trabajando con las empresas que ya aportaron fondos para la Fundación Gaiás. Rentabilizar quiere decir hacer mayor intervención privada, sobre todo en la programación. Contamos también con que el futuro podamos contar con la participación del Estado porque desgraciadamente hasta ahora no recibimos nada.

-La última vez que la ministra de Cultura estuvo en Santiago aseguró que había demasiadas infraestructuras culturales...

-La ministra no fue a ver la Cidade da Cultura aunque la invité dos veces. Evidentemente ella habla de un tema que se puede plantear también en Galicia. Es cierto que llegamos a un momento en que hay una inflación de infraestructuras culturales. Es momento de reposar y de rentabilizarlas. Ahora hay que trabajar para llenarlas. Eso no se contradice con el hecho de que la Cidade da Cultura, que es la pieza que nos va a proyectar hacia fuera.

- Pero es una pieza inacabada... ¿Cuándo prevé que estará terminada?

-No hay que dar una fecha. Ni la Catedral de Santiago tuvo una fecha. Vamos a ser realistas. En dos semanas inauguraremos dos edificios. Y en septiembre, el Museo va a estar terminado. De septiembre a marzo vamos a tener el museo vacío pero abierto al público. La gente va a conocer lo que es un gran edificio y lo va a saborear. Y ya en la primavera de 2012 inauguraremos una gran exposición sobre arte gallego.