Una de las zonas calientes para la entrada de droga en Galicia, A Costa da Morte, se queda bajo mínimos en la lucha contra el narcotráfico por vía marítima. ¿El motivo? El concurso de traslados de funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado que afecta a uno de los dos jefes de embarcación destinados en la base de Muros, encargada del control de la zona que va de Corrubedo a Muxía. En apenas un mes, el funcionario iniciará una nueva misión en Santander o Ribadeo, lo que supondrá que la embarcación que ahora sale a diario para abortar posibles operaciones de narcotráfico y contrabando solo podrá hacerlo 15 días al mes. Es decir, únicamente podrá salir a vigilar las zonas bajo su control con el turno del otro jefe de embarcación -cada turno de trabajo es de una semana-.

Esta falta de medios personales en la base de Muros se agrava, según los sindicatos CSI-CSIF y CIG de Vigilancia Aduanera, debido a la situación en la que se encuentra el otro jefe de embarcación, que ocupa ese puesto desde hace tan solo un mes a raíz del concurso de traslados del año pasado que llevó a la anterior jefa de tripulación a Gijón. "Durante casi un año, hasta que este mes llegó casualmente el nuevo jefe de embarcación en comisión de servicios -lo que le permite ocupar el puesto durante un máximo de cuatro meses prorrogables- la embarcación solo pudo salir dos semanas cada mes", cuestiona desde la CIG Antón Lestón. Una situación que, según alerta, volverá a repetirse tan pronto como el otro jefe de embarcación sea trasladado a su nuevo destino en Gijón, que previsiblemente se hará efectivo el próximo mes de marzo.

Para los sindicatos, el futuro de la base de Vigilancia Aduanera Muros corre el riesgo de desaparecer. "La vigilancia en la zona de A Costa da Morte quedaría paralizada por el traslado de uno de sus jefes de embarcación. Detrás de esto solo puede haber dos motivos. O una total descoordinación entre Vigilancia Aduanera y Recursos Humanos de la Agencia Tributaria a la hora de atender las necesidades de la plantilla o se trata de una maniobra para desmantelar la base", advierte el responsable de CSIF en A Coruña, Jesús Barcón. Para el delegado de la CIG en la Agencia Tributaria, Antón Lestón, con este nuevo concurso se busca "cerrar la base de Muros" porque, según asegura, él mismo habló con los jefes de Personal de Vigilancia Aduanera y de la Agencia Tributaria para exponerle el déficit de personal en la plantilla que lucha contra los narcos y el contrabando en A Costa da Morte. "Están actuando como contrabandistas, con nocturnidad y alevosía. No es más que una maniobra para dejar morir la base de Muros", sentencia Lestón.

Al recorte de personal que en un mes tendrá que afrontar la plantilla en Muros se suma la antigüedad de las embarcaciones de Vigilancia Aduanera en Galicia, la avanzada edad de los funcionarios, una plantilla que apenas ha sido ampliada en los últimos cinco años y el retraso que acumula la revisión de uno de los helicóptero del SVA.

En la actualidad, Vigilancia Aduanera en Galicia solo dispone de un helicóptero BO-105, un aparato que tiene una cobertura de 26 millas y una autonomía de dos horas. Desde los sindicatos, cuestionan el retraso en la revisión del otro helicóptero, un Dauphin Eurocopter, con una cobertura de 100 millas y una autonomía de cuatro horas con velocidad de 300 km/hora, que permanece desde hace más de un año en Andalucía. "El tiempo media de revisión no suele superar el mes", advierten desde la CIG.

Otro de los factores por los que los sindicatos de Vigilancia Aduanera temen que el SVA está "condenado" a la desaparición en cuestión de años es la avanzada edad de los funcionarios embarcados, con una media de 50 años. El elevado índice de plantilla envejecida en el SVA en Galicia hace que las bajas se disparen, lo que provoca que algunas bases solo salen a navegar 15 días al mes.

En el caso de A Coruña, en la base opera el patrullero Alcotán, del año 2009. Aunque sus tripulaciones están completas tienen una media de edad alta. En el servicio marítimo hay 32 agentes, mientras que en la oficina encargada de delitos de blanqueo y escuchas, el número de funcionarios se eleva a 60.

En la base de Muros, la embarcación supera los 25 años de antigüedad. Los tripulantes destinados a la navegación son 19, aunque con una media de edad que supera los 54. En Vigo, las tripulaciones del Halcón están completas. Cuenta con 22 agentes en navegación, 27 en investigación y tres en el control de escáner. En la base de Marín, hay 12 agentes para navegación. Para las tres embarcaciones de Vilagarcía hay 22 agentes, mientras que en oficinas hay cuatro funcionarios. En Ribadeo, el Alcaraván III, estuvo durante un año funcionando al 50% por falta de personal y averías continuas.