Si los pronósticos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se cumplen, la comisión parlamentaria para la revitalización demográfica de Galicia constituida esta semana tiene por delante una ardua tarea. En las dos próximas décadas el ritmo de envejecimiento de la población lejos de ralentizarse, se acelerará. Tanto es así que en el año 2031 los pronósticos apuntan a que el 29% de la población gallega tendrá ya más de 65 años.

Se trata de una tendencia común al resto del país, que dentro de 20 años tendrá un 23% de población en esta franja de edad. El envejecimiento se agudiza, pese a todo, en el caso de Galicia, que pasará de una pirámide en la que el 21,7% de la población está ahora mismo jubilada o a punto de hacerlo a otro escenario todavía peor, con casi un tercio de población improductiva.

A falta de que administración y grupos parlamentarios den con la receta mágica contra el envejecimiento y la despoblación, las perspectivas a medio plazo para Galicia no son nada halagüeñas ya que la franja que va de los 65 años en adelante se incrementará un 7,3% y, al contrario de lo que ocurrirá en el resto del país, la población de la comunidad será menor que la que había en el año 2010.

Por sexos, la mayor longevidad femenina hará que se impongan con autoridad entre el colectivo de la tercera edad. Dentro de dos décadas, el 16,4% de los gallegos que ya habrán cumplido los 65 serán mujeres y un 12,6% hombres.

Galicia, pese a todo, no presenta la evolución más negativa de toda España. Castilla y León y Asturias son, por este orden, las dos comunidades con la mayor dependencia senil de todo el país. Y, según el estudio elaborado por la Fundación General del CSIC, lo seguirán siendo también en el año 2031. Las peores perspectivas demográficas son las del Principado, que si a la vista de los datos de 2010 es la segunda comunidad española con un mayor peso porcentual de jubilados, en 2031 pasará a liderar el ranking nacional y tendrá que soportar una pirámide poblacional en la que nada menos que el 31% de los asturianos -un 9,1% más de los que había en 2010- habrán superado ya la barrera de los 65 años.

Y si para 2031 se prevé que el 23% de la población española se moverá en esta franja de edad, el CSIC apunta que para el 2050 cerca del 30% serán octogenarios y aproximadamente trece millones de personas tendrán más de 65 años.

Aunque los autores del estudio aseguran que el envejecimiento es un "proceso generalizado" a nivel mundial, reconocen que se acentúa en el caso español y apuestan por fomentar la innovación aplicada a las políticas de envejecimiento.