La reciente sustitución de Antón Louro por Miguel Cortizo como delegado del Gobierno en Galicia ha tensado la relación con la Xunta. El ex embajador de España en Paraguay y ex diputado del PSdeG reclamó ayer "colaboración institucional" y huir de "sectarismos" después de que el Ejecutivo de Feijóo mostrase sus recelos sobre la llegada del AVE a Galicia en 2015, como establece el Pacto Obradoiro. Y lo hizo, con un ejercicio de ironía. "Lo de la Xunta con el AVE es como lo de Mourinho con los árbitros", aseguró Cortizo comparando el Gobierno del PP con el entrenador portugués del Real Madrid, habitualmente crítico con los colegiados.

Cortizo no se quedó ahí y cargó contra Agustín Hernández, después de que el conselleiro de Medio Ambiente confesase sus dudas sobre el calendario de alta velocidad.

"La institucionalidad es defender la verdad, no hacer demagogias", zanjó el delegado del Gobierno antes de pasar al ataque y lanzar una advertencia. "Tener la mano tendida no significa ser idiota, no se puede asistir impasible ante acusaciones de dejadez y abandono al presidente del Gobierno", espetó tras una reunión con el alcalde de A Coruña, Javier Losada.

La Xunta reaccionó pidiendo rebajar el tono. El conselleiro de Presidencia y secretario xeral del PP gallego, Alfonso Rueda, tildó las palabras de Cortizo de "desafortunadas" tras la reunión del comité electoral de su partido, y le pidió ser consecuente con sus "proclamas de cooperación" en su toma de posesión de hace unos días y ser más "constructivo" en la relación entre ambas administraciones. "No es un comienzo", lamentó antes de lanzar una carga contra el PSdeG. "No son quien de hacer oposición a la Xunta y tienen que buscar refuerzos fuera y en cargos institucionales", censuró.

Por su parte, Hernández negó que la Xunta actuase contra el Ejecutivo de Zapatero, sino que trata de ejercer sus competencias, "algunas impedidas por el Gobierno de España", como el catálogo priorizado de medicamentos.