El nuevo sistema de identificación de personal que implantará la Xunta en todos sus departamentos así como en la llamada Administración paralela ya ha entrado en su fase final. El Diario Oficial de Galicia publicaba ayer la orden que regula y concreta qué personal estará obligado a utilizar la llamada tarjeta inteligente -un dispositivo de identificación digital que permitirá a los trabajadores fichar desde su propio ordenador, validar procedimientos por vía telemática e incluso implantar el teletrabajo- así como los usos y aplicaciones que se le podrán dar al nuevo dispositivo, cuyo proceso de implantación empezará la próxima semana pero no se completará hasta 2012.

Una de las principales novedades que incluye la orden, pese a todo, no tendrá nada de digital. Y es que todo aquel personal al servicio de la Xunta que desempeñe funciones de cara al ciudadano "deberá llevar siempre en un lugar visible" su nueva tarjeta, que le identifica como empleado público y en la que constan su nombre, apellidos, DNI y una foto de carné.

Fuentes de la Consellería de Presidencia explican que este punto de la orden se incluyó "en aplicación de la normativa vigente". De hecho, la ley de régimen jurídico de las administraciones públicas de 1992 establece que "los ciudadanos, en sus relaciones con las administraciones públicas, tienen derecho a identificar las autoridades y el personal a su servicio y bajo cuya responsabilidad se tramiten los procedimientos". En la actualidad, cualquier empleado de la Xunta, sea funcionario, personal laboral o eventual, tiene una tarjeta identificativa que le acredita como trabajador de la administración y en la que constan sus datos personales. Pero en la práctica, lo cierto es que aquellos que trabajan de cara al público -en registros, servicios de información, juzgados...- no llevan visible su tarjeta.

Esta situación dificulta en muchos casos la posibilidad de que un ciudadano descontento presente una reclamación si considera que el trato o la información recibida por parte de un funcionario no ha sido la correcta. La intención de la Xunta, tal y como se desprende de la orden publicada ayer, es que el cambio que prevé introducir en el sistema de identificación de su personal, con el doble objetivo de digitalizarlo y homogeneizarlo en todos sus departamentos, conlleve también un giro en este sentido, al subrayar que el personal que presta servicios presenciales deberá identificarse mediante su tarjeta.

En cuanto a la nueva acreditación digital de los trabajadores de la Xunta, será de uso obligatorio para funcionarios, personal laboral, interinos y temporales, para todos los trabajadores de los entes instrumentales -la llamada Administración paralela- pero también para altos cargos y personal eventual, los puestos de confianza que integran los distintos gabinetes. Solo los trabajadores de centros sanitarios y educativos quedarán exentos de su utilización ya que, como aclaran desde Presidencia, en ambos casos "cuentan con un sistema propio e independiente para el control de su personal".

La nueva acreditación digital, sin embargo, no tendrá el mismo tipo de aplicaciones para todos los empleados públicos que deberán utilizarla. Según aclaran desde Presidencia, altos cargos y personal eventual no estarán obligados a utilizar una de las aplicaciones más publicitadas y polémicas del nuevo sistema: el control electrónico de las entradas y salidas de los funcionarios. Ninguno de estos dos colectivos ficha actualmente y pese al mayor rigor y control que pretende introducir en todos los departamentos de la Xunta la tarjeta de identificación electrónica, tampoco tendrán que hacerlo a partir del próximo año.

Una vez se implanten los nuevos dispositivos, cada trabajador tendrá que fichar desde su propio ordenador, lo que facilitará el control administrativo de los horarios y, por primera vez, implantará un sistema de seguimiento único y común en todos los departamentos, algo que ahora resulta imposible ya que dentro de la Xunta conviven multitud de sistemas de fichaje diferentes, desde la huella digital, pasando por las tarjetas magnéticas, la firma en un papel e, incluso, ningún dispositivo de control.

Además de las expectativas depositadas por la Xunta en esta tarjeta para mejorar el seguimiento de la jornada laboral de sus empleados tras haber detectado algunos problemas, el nuevo dispositivo incorpora la firma electrónica del trabajador, un avance importante para la tramitación telemática completa de los procedimientos. También dispondrá de un sistema de identificación por radiofrecuencia que permitirá, solo en el caso de personas autorizadas, entrar en lugares de acceso restringido y una banda magnética con todos los datos de su titular para permitirle acceder a determinadas bases de datos que así lo requieran.

La próxima semana, un centenar de funcionarios de la Consellería de Presidencia ejercerán de conejillos de indias y probarán en la práctica, por primera vez, cómo funciona esta tarjeta inteligente. Será una "experiencia piloto", como aclaran desde el departamento que dirige Alfonso Rueda, pero que dará paso a la implantación gradual y generalizada del sistema al resto de departamentos dependientes de la administración autonómica, algo que no se producirá, probablemente, hasta después del verano.

El objetivo, si se cumplen los plazos previstos en el llamado proyecto Kronos, es que en el primer trimestre de 2012 unos 20.000 trabajadores de la Administración general gallega y del ámbito judicial dispongan ya del nuevo dispositivo y lo utilicen en su día a día.