El primer paso para cambiar la estructura territorial de Galicia es la alianza de municipios. La Xunta ya lo ha dado con la creación de 43 mancomunidades y 22 consorcios, pero todavía queda un largo camino por recorrer hasta fusionar concellos para hacerlos más competitivos. El Ejecutivo de Feijóo da por hecho que el proceso de eliminación de ayuntamientos no será a corto plazo y que se llevará a cabo teniendo en cuenta la "voluntad" de los concellos. Una fórmula contraria a la defendida a través de este diario por expertos en descentralización y gestión tributaria, quienes advierten de que no se puede esperar "años o décadas" para reducir el número de municipios y de que si la fusión de los concellos no es voluntaria, tendrá que ser forzosa. Y como ejemplo de países en los que se ha impuesto la fusión de entes locales está Reino Unido, Suecia, Dinamarca o República Checa.

Aunque ahora la pelota está en el tejado de la Xunta, ya que según los expertos debe ser el Ejecutivo autonómico el que elabore un estudio para evaluar el ahorro que supondría la fusión, la Consellería de Presidencia no prevé hacer informe alguno y pone en el punto de mira al Ejecutivo central. "La Xunta no tuvo complejos en abrir el debate sobre la fusión hace ya más de un año. Es importante y necesario que ese debate se abra a nivel de Estado porque el Gobierno central debe implicarse en el proceso", apuntan desde el departamento que dirige Alfonso Rueda. "Es necesario -concluyen- un pacto de Estado para un tema tan importante".

Quien sí ha elaborado un estudio sobre el impacto económico de la reducción de concellos es el Círculo de Empresarios de Galicia, en el que plantea la eliminación de la mitad de los municipios gallegos con el objetivo de minimizar los costes de mantenimiento y mejorar su gestión y eficacia. Las conclusiones del informe -que fija como umbral mínimo de un ayuntamiento una población de 5.000 habitantes- no dejan lugar a dudas de las ventajas económicas que supondría la fusión: los ayuntamientos recaudarían 12 millones de euros más de fondos del Estado.

Aunque por el momento el Gobierno de Feijóo no ha establecido ningún calendario para la configuración de un nuevo modelo territorial -que en Galicia está formado por cerca de 30.000 núcleos de población, 3.778 parroquias, 315 concellos, 53 comarcas y cuatro provincias-, ya ha puesto en marcha un plan de incentivos para convencer a los municipios de las ventajas de ser menos y más competitivos. Los ayuntamientos que se asocien recibirán más subvenciones. "Estamos apoyando e impulsando iniciativas de cooperación y colaboración", apuntan desde la Consellería de Presidencia en relación a las negociaciones para fomentar las mancomunidades y consorcios de servicios. A la vista de estas conversaciones, se augura que el proceso de fusión tardará en llegar. "No se va a llevar a cabo a corto plazo y es necesario contar con la voluntad de los concellos, no se puede imponer manu militari porque no funcionaría", apuntan desde el departamento que dirige Rueda.

Y, por el momento, los concellos parece que no están dispuestos a fusionarse. Durante su intervención en la comisión no permanente de estudio para la elaboración de un plan de dinamización demográfica de Galicia, el presidente de la Federación Galega de Municipios (Fegamp), Carlos Fernández, apostó por tomar "tránsitos intermedios" como la prestación de servicios mancomunados antes de optar por la fusión, una posibilidad que calificó de "solución mágica" con poca eficiencia. Mientras, el PSdeG defendió que el problema no reside en el número de concellos, sino en las "pocas fórmulas de cooperación supralocal". Desde el PP, destacaron que la eliminación de los concellos de menos de 1.000 habitantes supondría un ahorro ínfimo en relación al 13% del gasto que suponen los ayuntamientos en el total de todas las administraciones. Para el BNG, la reforma institucional para limitar el déficit provocará que se dejen de aplicar servicios o deban vender patrimonio.

El debate sobre la fusión de municipios lleva ya años vigente, pero no se ha avanzado un paso. Uno de los políticos que más ha apostado por la reordenación del mapa municipal es el alcalde de Lalín, José Crespo (PP), que en el año 2004 promovió un estudio que fue realizado por la Universidade de Santiago. En el documento no se identificaban los ayuntamientos que debía concentrarse, sino que se presentó como un análisis científico y técnico para abrir el debate social y político.

Sus conclusiones eran simples. Las fusiones son viables y además constituyen un recurso de futuro que permiten atajar los males endémicos de los municipios gallegos, especialmente de los más pequeños, con grandes deficiencias en lo servicios que prestan y además con unos presupuestos raquíticos, a lo que se suma una progresivo descenso de la población. Si en el año 2000 eran 192 los ayuntamientos gallegos que contaban con menos de 5.000 habitantes empadronados, en estos momentos la cifra ya asciende a 200 localidades.

Por si fuese poco, se calcula que para el año 2025 la cifra va a llegar a los 237 concellos. Según varios análisis de la Unión Europea, una población de 5.000 habitantes es el umbral mínimo para garantizar la suficiencia financiera, política y técnica.

Más recientemente, en diciembre del año 2009, el Círculo de Empresarios de Galicia lanzó otra propuesta (en la imagen) para reorganizar el mapa municipal, una iniciativa que se revelaba mucho más osada, ya que abogaba por reducir los actuales 315 ayuntamientos hasta los 150 municipios.