El alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, y el de Lugo, Xosé Clemente López Orozco, respaldan al regidor de Vigo, Abel Caballero, en su pugna con el líder del PSdeG, Manuel Vázquez, por las listas electorales del 20-N. Nadie cuestiona a la cabeza de cartel por la provincia de Pontevedra al Congreso, Carmela Silva, concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Vigo, pero el secretario xeral quiere hacer cumplir su máxima de un hombre, un cargo, y que la teniente de alcalde se comprometa a renunciar a su cargo en el consistorio si gana escaño en las elecciones generales. Caballero, con el apoyo de la dirección del PSOE en Pontevedra, pretende que Silva compagine ambas responsabilidades, y en esta batalla ha ampliado su frente, al sumar a dos alcaldes que con él son los tres regidores más significativos de Galicia en estos momentos.

El pacto entre los alcaldes se fraguó en una cena el sábado por la noche en Madrid, donde asistían a la conferencia política del PSOE. La lista de comensales se completó con los exregidores de A Coruña y Santiago, Javier Losada y Xosé A. Sánchez Bugallo, respectivamente. En esta reunión, se planteó que el PSdeG debe presentar "unas listas potentes para el 20-N, adecuadas a la realidad del partido y presentando referentes claros al electorado". También se consensuó trasladar a Manuel Vázquez que Carmela Silva debe compatibilizar Congreso y Ayuntamiento, que la exministra Elena Espinosa debe liderar la candidatura de Ourense, tal como defiende Francisco Rodríguez, y no Laura Seara, como acordó el comité provincial y como pretende Vázquez, y que en A Coruña, Losada tiene que liderar la lista de A Coruña al Senado. Para la candidatura a la Cámara Alta el comité provincial del PSdeG propuso, contra pronóstico, a Paloma Rodríguez, candidata de la agrupación de Ferrol y cuyo nombre se impuso en votos al de Losada, que quedó en segundo lugar aunque teóricamente con las mismas opciones, ya que las listas al Senado son abiertas y cada votante puede elegir a sus candidatos.

El domingo a las diez de la mañana, se entrevistaron con Vázquez, pero "no hubo entendimiento", confirman fuentes socialistas. "El secretario general con quien habló mucha gente para convencerle fue intransigente", sostienen las mismas fuentes. Desde el entorno de Vázquez, que ha abordado la polémica con José Blanco, se limitan a aseverar que "el partido tiene unas normas y hay que cumplirlas" y vuelven a recordar que Silva es "una magnífica candidata", pero debe cumplir los estatutos del PSdeG. La respuesta de los críticos es que "hay más de veinte alcaldes y portavoces municipales del PSOE que irán en las listas al Congreso y al Senado".

No se acercaron posiciones y así con las espadas en alto hoy debe celebrarse la comisión ejecutiva gallega, que debe informar de las candidaturas para luego enviárselas a Madrid, que debe aprobarlas definitivamente el próximo sábado. La situación es muy delicada para el PSdeG, pues a mes y medio de las elecciones puede estallar una crisis de liderazgo. "Sería un suicidio", advertía el sábado una dirigente.

Al ganar a su causa a los alcaldes de Ourense y Lugo, Caballero, sostienen fuentes del PSdeG, puede dejar "muy tocado" a Vázquez en una votación en la ejecutiva de hoy. Puede incluso ganarle la votación o evidenciar que la ejecutiva está fracturada con un 60 a favor de Vázquez y un 40% con el regidor vigués.

Para frenar una derrota del secretario general, y evitar un escándalo que traspasaría las fronteras de Galicia, lo que no conviene al ministro de Fomento, el papel de Blanco puede ser determinante, si ordena a los suyos en Lugo, pese a la presencia de Orozco en la cena, que no se posicionen en contra de Vázquez. En este caso, Vázquez podría ganar la votación, pero su liderazgo saldría debilitado.

La tensión en el seno del PSdeG ayer era máxima y se dispararon los hipótesis. Un acuerdo de mínimos sería que Vázquez no llevara un informe negativo sobre la lista de Pontevedra a la ejecutiva de hoy y dejará manos libres a la dirección federal. Entonces, los críticos no exigirían una votación y se podrían salvar los muebles, pero parecería que el secretario general recula.

Otra opción sería que el secretario xeral se limitase a adjuntar a las listas que envía a Madrid los estatutos del PSdeG, que recogen la norma de las incompatibilidades, entonces podría pasar que los críticos no pidiesen una votación, pero si Vázquez presenta un informe negativo en contra de la candidatura de Pontevedra, bien reclamarán una votación para evidenciar la oposición interna, e incluso barajan reclamar la votación de un informe alternativo que avalaría la lista liderada por Carmela Silva.