Un hombre de 50 años falleció ayer por la tarde al estrellarse la avioneta que pilotaba en un monte del concello ourensano de Laza cuando participaba en las labores de extinción de un incendio que se había originado a las 17.00 horas en el concello limítrofe de Monterrei, cerca de Verín.

La aeoronave, procedente de la base de helicópteros de Doade, en Lugo, se había desplazado a la provincia de Ourense para reforzar las labores de extinción de este incendio en Monterrei. Sobre las 18.00, y por causas que se desconocen, el avión cayó al vacío en una zona de monte situada entre las localidades de Arcucelos y Vences, a la altura del concello de Laza.

El cuerpo del piloto fue hallado casi dos horas después por miembros de Protección Civil de Verín, a unos 200 metros de la nave que pilotaba. Según las primeras hipótesis, muy confusas inicialmente, el propio piloto podría haber pedido ayuda por radio y se arrojó al vacío. Sin embargo, fue en realidad el piloto de otra avioneta de extinción que observó la maniobra de caída de la aeronave, quien alertó a los servicios de emergencias.

El piloto fallecido, primera víctima mortal de la campaña de extinción de incendios en Galicia de 2011, tenía una larga experiencia profesional y era natural del País Vasco, según fuentes próximas al servicio de extinción de la Xunta. Según la misma fuente y a la espera de la versión oficial de lo ocurrido, una columna de convección de aire caliente procedente del foco del incendio, podría haber provocado la pérdida de control de la aeronave durante una maniobra de aproximación de la misma al incendio para descargar el agua.

El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, se trasladó anoche al lugar de los hechos momentos después de que la autoridad judicial ordenara el levantamiento del cadáver. La zona en la que se precipitó la aeronave estuvo acordonada, al activarse el protocolo de accidentes aéreos y solo pudieron acceder al lugar del suceso los servicios de extinción y los propios medios de seguridad y Protección Civil .

Según fuentes del servicio de extinción, el fallecido es al menos el cuarto piloto de una avioneta Dromedaire PCL que muere en un accidente aéreo en Ourense en los últimos años en labores de extinción. El informe del accidente aclarará si, al igual que ocurrió con los dos brigadistas fallecidos el pasado año en Fornelos de Montes, en Pontevedra, fue la saturación de horas de trabajo o el estado de la avioneta lo que propició el accidente.

Ourense registró ayer 34 grados de temperatura, la máxima de España, lo que reactivó la ola de incendios que está sufriendo en esta últimas semanas la provincia con al menos nueve focos en activo, en seis de los cuales ardieron, según las primeras valoraciones de Medio Rural, más de 270 hectáreas de monte y raso, lo que obligó a reforzar los trabajos de extinción con más de un centenar de miembros del ejército.

Un subgrupo táctico formado por un centenar de militares de la UME, pertenecientes al Batallón de Intervención en Emergencias V, con sede en León, se incorporaron ayer a las tareas de extinción de los incendios forestales en las localidades de Viana do Bolo y Monterrei en Ourense, este último en el que perdió la vida el piloto vasco al estrellarse el avión de extinción de incendios que pilotaba.

Los militares, que se unen a los medios de intervención dispuestos por Medio Rural, cuentan con seis autobombas, dos nodrizas, dos vehículos de comunicaciones Mérida, una ambulancia y vehículos de transporte de personal.

La Consellería informó ayer de que al menos dos incendios, en Pobra de Trives y Castro Caldelas, se habían extinguido.

¿Mala suerte, o uso exagerado de los medios aéreos en las labores de extinción? Las dudas sobre los motivos del accidente, comenzaron a circular ayer en el entorno del siniestro, durante las horas de tensa espera hasta confirmar si, como se especulaba inicialmente, Iñaki, nombre del piloto había sobrevivido al accidente aéreo, o se convertiría en la primera víctima de la campaña de incendios de la Xunta en 2011. La confirmación de su fallecimiento hizo revivir finalmente el caso de Fornelos de Montes, ocurrido en julio del año pasado.

El informe oficial sobre las causas de la muerte de los dos brigadistas,que fallecieron calcinados el pasado verano en un incendio en Fornelos, del que no pudieron escapar, ratificó que hubo una excesiva carga de horas de trabajo de las brigadas, y una alarmante falta de medios técnicos y humanos para enfrentarse a la difícil labor de sofocar un incendio desde tierra.

En el caso de las Dromadaire PCL, modelo de avioneta de mediano tamaño, los accidentes se han repetido desde 2005 y los siniestros se han atribuido en la mayoría de los casos a la excesiva aproximación de la nave a las llamas.

La primera víctima del fuego se registra en Ourense y en octubre, cuando ya se daba por finalizada la campaña de extinción y, según fuentes sindicales, se habían recortado algunos contratos.