Las protestas del sector naval se trasladaron ayer a las calles de Santiago para reclamar, ante las puertas de la Xunta, medidas y soluciones que garanticen carga de trabajo para los astilleros ferrolanos, que atraviesan por una situación crítica. De ellos dependen más de 17.000 puestos de trabajo solo en la comarca de Ferrolterra, según las estimaciones de los sindicatos, que creen que un sector "estratégico" para Galicia "corre peligro de desaparecer" si las administraciones no garantizan "empleo y futuro".

Con este objetivo en mente, los cuatro sindicatos con representación en el naval (CIG, UGT, CCOO y USTG) se han unido para buscar respaldo entre los grupos políticos de Ferrolterra a la petición de que se construya un dique flotante en la ría. Levantar esta infraestructura, que garantizaría trabajo inmediato en el área de reparaciones tanto al personal fijo como a las subcontratas, se ha convertido en la principal reivindicación de los trabajadores de Navantia, que quieren conseguir ahora un compromiso claro y explícito por parte de la Administración para construir el dique.

El propio delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, anunció el pasado jueves la disposición de Navantia de costear el 50% del nuevo dique flotante, emplazando a la Xunta a asumir la otra mitad para poner en marcha esta actuación de inmediato. Pero sindicatos y trabajadores no se fían. El responsable comarcal de la CIG, Manuel Grandal, insistió ayer en que es necesario "ver por escrito" el compromiso anunciado por Cortizo.

Y es más, también cree que la Xunta debe aportar dinero para la construcción de dicha infraestructura, una obligación que, opina, no puede esquivar cayendo en una discusión sobre competencias. Grandal, de hecho, recordó que el Ejecutivo gallego ya invirtió en el pasado en los astilleros de la ría de Ferrol, cuando hace 20 años contribuyó a construir la sala técnica de la empresa. Por su parte, Cesáreo Fraga, secretario comarcal de UGT, coincidió en la importancia del dique para el futuro del sector y por ello exigió a todos los partidos políticos "que se dejen de frivolidades" y apoyen su construcción "sin luchas políticas y sin medias palabras".

Como primer paso, el pleno de la mancomunidad de municipios de Ferrolterra -a la que pertenecen Ares, Mugardos, Fene, Neda, Narón, Valdoviño, Cedeira y Ferrol- aprobó ayer una declaración unánime de apoyo al sector y le trasladará al Gobierno, a la Xunta, a la SEPI y a la Consellería de Economía la necesidad de construir un dique flotante en la ría de Ferrol, una infraestructura "fundamental", según el regidor ferrolano, José Manuel Rey Varela, para "potenciar" el área de reparaciones de Navantia.

Esta reclamación también se escuchó ayer en la protesta de Santiago, que acabó con la lectura de un manifiesto por parte de la CIG en el que se demandó, además del dique, la creación de dos centros de reparación en las rías de Ferrol y Vigo y el levantamiento del veto europeo impuesto a Navantia para construir barcos civiles hasta 2015. "Hay alternativas, solo hace falta voluntad política y valentía para ponerles plazos y llevarlas a cabo", proclamó el secretario nacional de CIG-Metal, Xoán Xosé Bouzas Aboi, que censuró el "pasotismo total" de las administraciones en este tema, con el "abandono" del sector por parte de Industria y la actitud del conselleiro Javier Guerra, que "ni se entera de qué va la historia".

Tras la manifestación de ayer en Santiago, que congregó a unas 400 personas y se repetirá el 24 de octubre, trabajadores de Navantia y de las auxiliares retomarán hoy sus protestas en Ferrol, con una marcha que arrancará a las 10.30 horas en el astillero fenés y concluirá en el Concello, donde se reunirán con el alcalde. La próxima gran cita será el 6 de noviembre, cuando está prevista una gran movilización en defensa del naval ferrolano y que los sindicatos pretenden que "no sea una manifestación más".