Una bomba casera atribuida a Resistencia Galega, formada por un kilo de pólvora y un temporizador, y colocada en una cajero automático de Novacaixagalicia en el barrio vigués de Bouzas, fue desactivada la pasada madrugada por efectivos de los Tédax de Vigo.

La explosión controlada del artefacto evitó daños personales y minimizó los materiales. Los seis vecinos del inmueble fueron desalojados antes de que la onda expansiva hiciera saltar por los aires los cristales del edificio, así como los de una panadería contigua y los del primer piso del edificio de enfrente, donde se ubica el archivo de una sucursal del Banco de Santander.

Una pareja de jóvenes que iban a utilizar el cajero descubrieron un paquete con un cartel que anunciaba Peligro, bomba, por lo que alertaron inmediatamente a la Policía Nacional. Varios coches patrulla acordonaron la zona y alertaron piso a piso a los inquilinos del inmueble, en total seis personas repartidas en los dos únicas viviendas ocupadas.

Uno de los agentes del Tédax, equipado con ropa especial de protección, se introdujo en el cajero y ató un cable a las asas de la bolsa donde se encontraba la caja de la bomba. Poco a poco fue arrastrándola al exterior. Una vez en medio de la calzada, el robot fotografió el contenido del artefacto y se colocó encima mientras era trasladada a la Alameda, ante una posible explosión fuera de control.

Ya en la Alameda de Bouzas, los artificieros acometieron la explosión controlada del artefacto. "Primero sonó como un petardazo fuerte, pero enseguida una explosión más fuerte. La onda expansiva y la explosión despertó a las cinco de la madrugada a los vecinos de Bouzas. El operativo de desactivación había empezado a las 02.30 horas.

"En mi casa no ha quedado un solo cristal entero. Quiero agradecer a los agentes de Policía la tranquilidad que nos infundieron a todos. Llamaron al telefonillo y nos dijeron que había un problema en el edificio de al lado. Al bajar ya vi el robot, entonces supe que era un bomba", explicaba uno de los afectados.

El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, adelantó que el artefacto explosivo se corresponde con "eso que llaman Resistencia Galega", teniendo en cuenta el modus operandi y el "tipo de procedimiento utilizado".

Por su parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, tachó de "sinvergüenzas" a los autores del atentado y confía en que "sean detenidos pronto y pasen una buena temporada en la cárcel".