Las esperadas primeras lluvias del otoño llegaron por fin ayer a Galicia pero no lo hicieron solas. Fuertes ráfagas de viento, que alcanzaron rachas huracanadas de más de 120 kilómetros por hora en puntos de la costa, complicaron la situación en el mar dejando amarrada a gran parte de la flota, mientras en tierra firme efectivos de Protección Civil, Bomberos y Policía Local se afanaban por atender el reguero de incidencias que ocasionó la combinación de viento y lluvia. Leopold, que así es como se ha bautizado a esta potente borrasca situada al norte de Irlanda, entró ayer en Galicia por el Atlántico con algo más de fuerza de la prevista aunque sin ocasionar graves desperfectos y dejó a su paso precipitaciones abundantes que si bien no harán desaparecer de golpe la sequía, sí supusieron un respiro para las menguadas reservas de agua de la comunidad.

La alerta naranja decretada por la Xunta en A Coruña y Pontevedra no se quedó corta. Ambas provincias registraron el mayor número de incidencias relacionadas con el temporal, que sobre todo a partir del mediodía arreció en toda la franja atlántica borrando de un plumazo la apacible estampa con la que había discurrido hasta ahora el mes de octubre. El viento sopló con fuerza en toda la franja costera, superando los 100 kilómetros por hora en una docena de estaciones y rebasando los 120 km/h -valor a partir del cual se consideran vientos huracanados- en Oia, Burela, Vimianzo y Cuntis. En esta última localidad, precisamente, se registró la ráfaga más fuerte de la jornada: 139,3 kilómetros por hora.

En cuanto a las precipitaciones, que después de la primavera menos lluviosa de los últimos 50 años y un verano igualmente seco se esperaba con ansiedad en gran parte de Galicia, las cantidades más importantes se recogieron también en las dos provincias atlánticas. Las previsiones en las que basó la Aemet su alerta naranja apuntaban a la posibilidad de que se recogiera 30 litros por metro cuadrado en tan solo una hora, una auténtica tromba de agua que aunque no fue generalizada sí se registró en algún punto de la comunidad. En Santa Comba y Coristanco, de hecho, se superó este valor a primera hora de la tarde y las estaciones de MeteoGalicia incluso llegaron a contabilizar 6 litros de luvia en un intervalo de 10 minutos.

A su paso por las provincias de A Coruña y Pontevedra la borrasca dejó cantidades importantes de agua en menos de 12 horas, como los 48 litros que se recogieron en Pontevedra, los 40 de Vigo, los 46 de Carnota o los 44 de Lousame. Pero las cantidades acumuladas más espectaculares se registraron de nuevo en Santa Comba, con 93 litros recogidos desde las 9.00 horas. A media tarde, el temporal se desplazó hacia el este y con él, las lluvias.

Un millar de incidencias

Del millar de incidencias que registró ayer el 112 en toda Galicia, sobre todo a partir de las 16.00 horas, la mayoría estuvieron relacionadas con el viento. La central de Emergencias informó de multitud de vallas, señales, árboles y ramas caídos en decenas de municipios, aunque a última hora de ayer la mayor parte de los avisos tenían más que ver con calles inundadas y pequeños anegamientos de bajos y garajes. Aunque no se registró ningún incidente grave, sí hubo desprendimientos aparatosos, como en Pontevedra, donde los Bomberos tuvieron que intervenir al soltarse varias tejas y uralitas de dos edificios, lo que obligó a acordonar la zona, o en Vigo, donde el viento tiró el toldo de un bar y parte de un muro se cayó sobre una carretera.

En Arousa, en cambio, los problemas se localizaron en el mar, donde el fuerte viento dejó, como suele ser habitual cuando hay temporal, varias embarcaciones pequeñas y restos de bateas a la deriva por la ría. También en O Morrazo el susto del día se produjo en alta mar, donde un buque con bandera liberiana tuvo que ser escoltado hasta el muelle por tres remolcadores.

En la comarca del Deza, la incidencia más importante fue el desprendimiento de dos tablones de andamios de un edificio en construcción mientras que en A Estrada Protección Civil retiró hasta 8 árboles que obstruían varios viales.

Previsiones

Para hoy, según explica Juan Taboada de MeteoGalicia, se espera que la borrasca Leopold amaine y se desplace hacia el este de la península. De hecho, la Aemet ha puesto en alerta a 50 provincias españolas entre las que figuran de nuevo las cuatro gallegas, aunque esta vez el aviso será solo amarillo. "Todavía se espera lluvia en Ourense para esta madrugada, con más de 15 litros en una hora, y se mantiene la alerta por olas de más de tres metros en la costa de A Coruña y Pontevedra", explica Taboada, que añade que la inestabilidad se mantendrá hasta el jueves y las temperaturas bajarán más, siendo previsible que aparezcan las primeras nieves en zonas altas del interior.

Para el viernes se espera ya "tiempo más anticiclónico" aunque todavía es pronto, según explica el meteorólogo, para saber si durará o retomaremos el tiempo otoñal.