Más paro, más recortes y el mayor endeudamiento de la historia de Galicia. Estas fueron las tres críticas más repetidas por PSOE y BNG en la comparecencia en comisión parlamentaria de la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, para explicar los presupuestos de la Xunta para 2012. Tanto socialistas como nacionalistas censuraron que la deuda acumulada llegue casi a 7.000 millones de euros y que no se sepa a qué destinó el Gobierno gallego la deuda que emitió hasta doblar la del bipartito. Como advirtió Carlos Aymerich (BNG) y María José Caride (PSOE), esta cifra provocará que el endeudamiento, solo el referido a la comunidad, ascienda a 3.000 euros por gallego.

Sin embargo, la conselleira Currás defendió el recurso a la deuda por responsabilidad, para compensar la caída de ingresos y porque resulta lógico en periodo de crisis. "Lo que no tiene sentido, y sería estúpido, es acudir a la deuda cuando la economía crece por encima del 2,5%", censuró, en una crítica velada al bipartito.

Añadió que el incremento de la deuda es una constante de todas las administraciones para mantener el gasto y que si en 2012 habrá que pagar más intereses no se debe a una "cuestión de volumen", sino al "riesgo país", por las dificultades que tiene España para colocar su deuda. Esto ha hecho que de los 30 millones de euros de servicios de deuda presupuestados en 2011, el próximo año se llegue a los 97.

Currás argumentó que el discurso de la oposición está "orientado a una quimera", que es contar con 1.500 millones de euros más, el volumen de la caída del gasto en esta legislatura. "Yo también los querría", dijo, para acto seguido reprochar el bipartito no supiera sacar más rendimiento a sus presupuestos. "Queda demostrado que los gobiernos de coalición no sirven porque gastan más", atacó.

Además, recordó que Rajoy ha prometido que, si gana las elecciones el 20-N, aplazará las devoluciones de las liquidaciones negativas de 2008 y 2009 que afrontan las comunidades, con lo que las arcas gallegas dispondrían de 256 millones de euros más.

La conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, defendió ayer el cobro de 10 euros para la renovación de la tarjeta sanitaria, puesto que solo está previsto aplicar la tasa para casos de "extravío o deterioro" o para nuevas afiliaciones. En adelante, precisó, este documento ya no caducará, como hasta ahora, que se renovaba de forma periódica. Así lo afirmó en su comparecencia en la Comisión de Economía, en respuesta a los reproches de la diputada del PSdeG María José Caride, quien le mostró las tarjetas sanitarias de sus hijos, que caducan este año, para preguntarle si tendrá que pagar 10 euros por renovarlas. Currás explicó que la tasa "está prevista" para las pérdidas o deterioro de la tarjeta o para nuevos afiliados, en concreto, para los mutualistas que pasan de Muface a la Seguridad Social, según el ejemplo que puso.