Solo un 12% de los vertidos urbanos e industriales de Galicia dispone de un permiso especial para regular focos de contaminación difusa, lo que se conoce como autorización ambiental integrada (AAI). La estadística aparece en el Anejo 7 del Inventario de Presiones del Plan Hidrológico de la cuenca Galicia-Costa, de la que ayer se hizo eco la asociación ecologista Arco Iris para denunciar la escasez de este tipo de autorizaciones, así como "un problema de inspección" y la "dejadez de funciones" en la que incurre la Xunta por no presionar a los responsables de los vertidos para controlarlos.

El documento recoge 2.261 puntos de vertido procedentes de núcleos urbanos y de empresas e industrias repartidas por Galicia, además de fuentes puntuales de aguas de achique de minas y de piscifactorías, vertidos térmicos o asociados a gasolineras y vertederos e instalaciones destinados a la eliminación de residuos. Solamente 271 de estos vertidos cuentan con su correspondiente autorización ambiental integrada, según el informe.

Tras la denuncia de los ecologistas, la Consellería de Medio Ambiente matizó que no todos los vertidos precisan de la AAI y que el número de autorizaciones ambientales integradas es superior al que recoge el Plan Hidrológico de Galicia-Costa. Es decir, hay más de 271. Desde el departamento que dirige Agustín Hernández se aclara que la AAI ha de ser requerida por empresas que generan varios residuos, por lo que los concellos y otras firmas solicitan permisos legales de otra naturaleza.

La AAI es un permiso emitido por la Dirección Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental que simplifica los trámites administrativos al integrar en una misma autorización las licencias sectoriales de medio ambiente que existían hasta el momento, incluidas las de producción y gestión de residuos y la autorización de vertidos. Su objetivo esencial es proteger al medio ambiente en su conjunto, aplicando los principios de prevención y control ambiental de una forma integrada, con el fin de impedir que la contaminación se transfiera de un medio a otro. Para alcanzar esta finalidad impone específicamente a cada instalación valores límite en todos los vectores ambientales (atmósfera, aguas, ruidos, residuos, suelos...), así como planes de vigilancia al respecto.

"Los datos del informe reflejan un panorama desolador", denuncia Francisco Lueiro, portavoz de Arco Iris, y los responsables sociales, políticos y ambientales de que haya tan pocas autorizaciones ambientales integradas -añade- son, por un lado, los alcaldes y los propietarios de las industrias por descuidar la emisión de vertidos y aguas residuales, y, por otro, la Xunta porque tiene perfectamente localizados esos puntos por GPS. "Así ocurren incidentes como los de la ría de O Burgo. Mientras no haya más autorizaciones integrales va a seguir habiendo contaminación dispersa". Para Arco Iris es "preocupante" que de los focos de contaminación localizados en el Plan Hidrológico un 51,79% corresponda a vertidos de fuentes puntuales significativas. Son 1.175 puntos identificados, de los que nada más que 82 tienen abierto un expediente de autorización. La asociación responsabiliza a los concellos de 977 puntos de vertido (851 directos a cauce fluvial y 126 de origen industrial), además de otros 82 procedentes de gasolineras.