Como casi todas las mañanas de la temporada de setas, Alejandro Mínguez salió al monte y solo halló Amanita muscaria -la seta roja, popular por los cuentos infantiles- y Leccinum scabrum, un tipo de boletus. Esa escasez de hongos es algo atípico en esta época, apunta. "Están saliendo champiñones, cuando normalmente se ven a principios de septiembre", apunta el experto, autor de Cogumelos medicinais y otros seis libros de setas. A sus 37 años, lleva desde que nació recorriendo soutos y bosques de pinos en busca de setas -la afición le llega de su padre- y por eso valora este año entre los peores que recuerda: "Es, sin duda, el peor año de la década aunque 2007 también fue malo y, quizás sea el peor en dos décadas, aunque no existen estudios fehacientes sobre la temática".

"¡Están saliendo champiñones!", se sorprendía también la presidenta de la Asociación Micológica A Zarrota, Lorena Cascallar. "Llevo tres horas caminando por el bosque y no he visto nada", lamentaba. En lo que respecta a las causas, todos los expertos lo tienen claro: El tiempo. Calor a principios de otoño y sequía en septiembre.

Siguiendo el "barómetro" de los eventos micológicos en Galicia -tanto jornadas como exposiciones--y la producción de setas, este año se han recogido hasta la fecha solo la mitad de las especies que normalmente abundan en el bosque. Como muestra, otro botón. La exposición de las jornadas micológicas de Celanova, en Ourense (entre las tres más antiguas de Galicia) tuvo que suspenderse por falta de ejemplares. Solo se hallaron 30 tipos de setas, cuando el espacio donde anualmente se enmarca la exposición, de 150 metros cuadrados, se llena con más de cien especies.

En Vilagarcía de Arousa, donde hace dos semanas se celebraron las jornadas micológicas, ocurrió un tanto de lo mismo. Solo recogieron 54 tipos de setas, de las 150 habituales. Ni siquiera un ejemplar de los "cantarelos" que dan nombre e insignia a la Asociación Cantarela, presidida por Carlos Álvarez.

Los expertos aseguran que la situación es equiparable a otras zonas de Galicia. "En septiembre, a pesar de estar a dos velas, cayeron dos gotas y se cogió níscalo, pero ahora nada, ni en Lugo", aclararon en A Zarrota. "En Ribeira tampoco se recogió apenas nada", aseguró otro experto resumiendo la situación de la zona norte. "Solo me llamaron de la zona de Bandeira y Lalín, porque parece que allí están algo mejor", asegura Álvarez.

También estaría mejorando la situación, según estos expertos, en zonas de O Courel. Aún así, cuatro experiencias pioneras de comuneros de montes en el interior de Galicia -Lugo y Ourense- podrían verse afectadas. Y el futuro surge incierto, aunque las lluvias llegan tarde para algunas especies, las que brotan de robles y castaños sobre todo, bajo los pinos podría haber buena cosecha, aseguran unos. Otros, creen que en el interior de Galicia, donde ya comenzaron las heladas, muchos ejemplares directamente no saldrán. "En algunas zonas se ha retardado y en otras, al haber estado el micelio (la parte enterrada) expuesto a calor inhabitual, no saldrá", explican.

"Ha afectado a las setas silvestres de muchas zonas de España, como Cataluña y País Vasco" según explica uno de los expertos del Grupo Micológico Caesaragusta de Zaragoza, Carlos Sánchez." La temporada de recolección está siendo "malísima" -asegura- por la escasez de lluvias durante el verano y las elevadas temperaturas de septiembre, dos condiciones que no favorecen el brote de los hongos.