Un día después de que su jefe de filas anunciase desde Pontevedra que sacar a España de la crisis será una tarea de todos, Alberto Núñez Feijóo hizo suyo este mensaje al mostrarse dispuesto a pactar con la oposición en un momento de dificultades económicas. Durante una entrevista a RNE, el presidente de la Xunta se refirió ayer a una misiva remitida por el líder del PSdeG, Manuel Vázquez, en la que le pedía una reunión para abordar el problema del paro. Tras asegurar que le responderá "de forma inmediata", Feijóo se felicitó porque "por primera vez el líder del Partido Socialista se dé cuenta que el paro es un problema que supera a cualquier gobierno autonómico y que el presidente y el Gobierno de España tienen competencias".

"Nunca es tarde si alguien tiene interés para hablar en serio. Si esto es así, seguro que podremos avanzar en ésta y otras cuestiones", aseguró el mandatario gallego, quien lamentó no tener en la comunidad una "oposición previsible" con la que poder "llegar a acuerdos y mantenerlos", en lugar de alguien "que te dice una cosa hoy y mañana la contraria". "Eso es lo peor que le puede pasar a un gobierno, no tener una oposición con quien pactar", remachó.

Precisamente sobre el paro y las expectativas puestas en la reforma laboral que acometará el Gobierno de Mariano Rajoy, el presidente de la Xunta consideró que el marco legislativo actual no permite crear confianza y hacer contratos. Por ello, Feijóo situó la reforma laboral como una de las tres principales prioridades del Gobierno en su lucha contra el paro y abogó porque facilite "que las empresas contraten" porque resulta "más razonable tener un contrato que estar cobrando un subsidio de desempleo, es mucho más interesante para el trabajador y para la hacienda pública".

Asimismo, defendió las políticas de austeridad que abandera su partido porque "no se puede gastar lo que no se tiene". En este sentido, insistió en defender la necesidad de que el Gobierno permita fraccionar la devolución de los ingresos indebidos de 2008 y 2009 a diez años y aseguró que, pese al cambio en Moncloa, Galicia mantendrá su reclamación al Estado de 805 millones por el sistema de financiación.