Desde la entrada en vigor del carné por puntos en el año 2006 la cifra de fallecidos en las carreteras gallegas se ha reducido en un 32% y a falta de los datos del mes de diciembre, todo apunta a que 2011 se cerrará con la cifra más baja de muertos de la historia. Estas cifras, sin embargo, no han impedido que Galicia siga teniendo algunas de las vías más peligrosas de todo el país. Según el informe EuroRAP del Real Automóvil Club (RACC), la comunidad lidera el ranking nacional de los tramos de carreteras de mayor riesgo, ya que de las 58 zonas identificadas como puntos negros en todo el país, casi la cuarta parte (13), pertenecen a vías gallegas.

A Coruña y Lugo son las principales responsables de que Galicia lidere el último informe EuroRAP, que analiza los accidentes graves ocurridos en el periodo 2008-2010 en 1.372 tramos de toda España, teniendo en cuenta la intensidad de tráfico de cada punto. En la provincia coruñesa están localizados cuatro puntos negros: en la SC-21, en la N-550 y dos más en la N-547, uno en Arzúa y otro en O Pino. Lugo, con otros cuatro, Pontevedra, con tres tramos más, y Ourense, con dos, completan los 13 puntos negros de la red gallega, que ocupan en total 116,5 kilómetros.

Además, entre los diez puntos críticos de todo el territorio nacional, tres discurren por la geografía gallega: el enlace de la AG-54 con el aeropuerto de Lavacolla (SC-21), un tramo lucense de la N-640 en la frontera con Asturias y el enlace de la AP-9 con la N-550 en Pontevedra. De ellos, el tramo coruñés destaca por ser el segundo de mayor riesgo de todo el país, solo por detrás de un trayecto de 12 kilómetros de la N-322 a su paso por la provincia de Albacete. Y el punto negro de la N-640, en Lugo, ocupa el tercer lugar.

Estos dos tramos, junto con el de Albacete, son los únicos que el informe EuroRAP 2011 sitúa en el nivel negro de peligrosidad, el más alto de todos. Es decir, que dos de los tres puntos en los que un conductor tiene más posibilidades de sufrir un accidente grave están en la comunidad gallega.

Galicia es, además, la autonomía con mayor proporción de tramos negros de todo el país: un 4% de los analizados, tres puntos más que la media nacional. Por encima de este porcentaje se encuentra A Coruña, con un 7% de tramos de nivel negro (dos puntos más que el año anterior) y Lugo, con un 5%, que se sitúan por ello como la segunda y tercera provincias españolas con mayor presencia de zonas peligrosas en las vías analizadas.

Solo Andalucía se aproxima a los datos de Galicia, con 11 tramos con riesgo muy elevado o elevado de sufrir accidentes y también tres entre los diez más peligrosos de todo el país, aunque eso sí, con un parque móvil y una red de carreteras mucho más extensas que los de Galicia.

En el conjunto de España, EuroRAP concluye que solo un 7,3% de la red estatal de carreteras presenta un riesgo elevado o muy elevado de sufrir un accidente, un 3,1% menos que en el informe de 2010 y la mitad de lo que representaban en el año 2008. En total, el estudio analiza 1.372 tramos que discurren por 24.341 kilómetros de la red de carreteras del estado. Pero aunque en su estudio el RACC analiza zonas de características, tamaños y tráficos muy distintos, a la hora de hacer el ranking de peligrosidad se centra únicamente en aquellos tramos con una intensidad media de más de 2.000 vehículos al día.

Luis Puerto, director técnico de la Fundación RACC, explica que a la hora de "ponerles nombre y apellido" a los puntos de mayor riesgo de las carreteras españolas, los autores del informe deben filtrar los resultados teniendo en cuenta el tráfico que soporta cada vía para que los datos sean "estadísticamente fiables". "En un tramo con poco tráfico, por muy poca accidentalidad anual que haya el riesgo se dispara y eso distorsiona el resultado", argumenta Puerto, que aunque admite que también hay tramos poco concurridos en los que conviene extremar la precaución, los que soportan al menos 2.000 desplazamientos diarios "son los más importantes".

En el caso gallego, el RACC centró su estudio en 134 puntos pertenecientes a la red de carreteras del Estado con una intensidad media diaria de más de 2.000 vehículos. De ellos, dos presentan un riesgo muy elevado de sufrir un accidente, en 11 el riesgo es elevado, en 21 la probabilidad de tener un siniestro es moderada y en los 100 restantes, baja o muy baja.