Las obras de rehabilitación del complejo militar Sánchez Aguilera, un antiguo acuartelamiento del ejército de Tierra, llevan meses en el punto de mira. Las presuntas irregularidades en los trabajos que se acometían en estos edificios saltaron a la luz hace casi un año, cuando Inspección de Trabajo paralizó las obras a raíz de una denuncia del CSIF. Fue la propia Policía Local la que advirtió al sindicato de que se estaban manipulando sin medidas de protección antiguas planchas de uralita con amianto, un material cancerígeno y muy nocivo que se utilizaba como aislante hace décadas en la construcción y el sector naval.

El 17 de febrero los inspectores ordenaron paralizar las obras, centradas en la reforma de la cubierta del edificio principal y en las que trabajaban 15 operarios contratados por el Concello con cargo a una subvención de la Xunta. Durante meses, los trabajadores manipularon a mano y al aire libre viejas placas de uralita, sin mascarillas ni otro tipo de protecciones, y se subieron al tejado del viejo cuartel sin contar con elementos de sujeción o barandillas. El Gobierno local reconoció que la actuación no contaba ni con proyecto de obra ni con un plan de seguridad, y abrió un expediente informativo para detectar los "errores" cometidos, al tiempo que anunció que los trabajos no se reanudarían hasta solventar las deficiencias.

El informe final de Inspección de Trabajo alertaba de ocho infracciones graves, por lo que decidió incoar un expediente sancionador contra el concello (con multa de 103.000 euros) por vulnerar gravemente la legislación de prevención laboral. Ese expediente se remitió a la Fiscalía de Ferrol y al juzgado de Instrucción número 3, el mismo que dirigió ayer el registro del concello. En abril de 2011, su titular, Alejandro Morán Llordén, abrió diligencias penales por las obras del cuartel e imputó por un posible delito contra la seguridad y la salud de los trabajadores a tres aparejadores ferrolanos, dos de ellos funcionarios municipales y el tercero, vinculado a la contrata que realizaba la obra. Aunque de momento la investigación por la que ayer se practicaron varios registros en la ciudad de Ferrol y se incautó numeroso material está bajo secreto de sumario, todo parece apuntar a que el origen de estas nuevas diligencias estaría en la proceso penal abierto en su día por el juez decano Morán Llordén.