Al compás de un nuevo y duro revés de la economía, con todos los pronósticos coincidentes en que España entra otra vez en recesión, la deuda acumulada por las comunidades alcanza un máximo histórico. Y van ya unos cuantos desde el arranque de la crisis en 2008. La suma de los préstamos concedidos a las administraciones autonómicas y sus emisiones de bonos y obligaciones en vigor superó el pasado ejercicio los 140.000 millones, lo que representa un incremento anual del 17,3%, hasta situarse en el 13,1% del PIB. Entre las regiones que hasta ahora aguantan por debajo de esa media figura Galicia, donde el endeudamiento de la Xunta también toca techos inéditos hasta ahora, más de 7.000 millones -apenas 2.000 millones menos que el presupuesto que maneja el Gobierno de Feijóo para este año-, pero con uno de los incrementos menos intensos tanto en el último año como desde que la crisis mostró sus primeros efectos sobre los ingresos públicos.

En los últimos cuatro años, la deuda del Ejecutivo gallego se disparó un 88,8%, según consta en el balance del Banco de España. De 3.712 millones a los que ascendía a finales de 2007, a los 7.009 millones en el cierre de 2011. El impacto sobre la riqueza total de la región es también más que evidente. La financiación externa suponía antes del freno económico un 6,9%. Hoy se sitúa en el 12,3%.

¿Qué es lo que ocurrió en el último año? El endeudamiento de la Xunta creció en 848 millones, un 13,8%. La evolución trimestral refleja claramente la estrategia que la Consellería de Facenda siguió para conseguir recursos, con el pie en el acelerador entre abril y junio -en ese periodo se ejecutó el 88% de todo el programa de endeudamiento para aprovechar la cierta tregua que en ese momento existía en los mercados sobre la presión a la deuda soberana- y aumentos muy anecdóticos en el resto del ejercicio, cuando supuestamente las administraciones van más pilladas de fondos para cerrar los presupuestos y ajustar pagos. En ambas comparativas, en el comportamiento de la deuda del último año y con respecto al último ejercicio de bonanza, las alzas en la Xunta son inferiores a la media del conjunto del Estado, que aumentó un 129,5% en cuatro años, a mucha distancia además de la mayoría de comunidades.

Las más endeudadas lo están muy por encima del resto, lo que explica la clara descompensación del déficit regional. A la cabeza están Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha y Baleares, con un endeudamiento en relación al PIB del 20,7%, el 19,9%, un 18% y el 16,3%, respectivamente. Las cuatro concentran más de la mitad y tienen mucho que ver en que el porcentaje en todo el país esté fijado en el 13,1%. A partir de ahí, todos los territorios cuentan con un volumen inferior a la media. Dos décimas en el caso de Navarra, con un 12,9% de endeudamiento sobre el PIB, y ocho en el de Galicia, la sexta comunidad en el ranking. En La Rioja se sitúa en el 11,2%; un 10,9% en Extremadura; algo más del 10% en Aragón y Murcia; del 9,8% en Andalucía; un 9,4% en Castilla y León; un 9,3% en Cantabria; un 9,1% en Asturias; del 8,8% en Canarias; y finalmente, las dos con menor lastre de financiación externa, País Vasco y Madrid, con un 8,1% y un 7,9%, respectivamente.

Detrás de este orden están los movimientos de los Gobiernos regionales durante doce meses especialmente duros para la recaudación convencional. Las comunidades que hasta este momento habían logrado soportar con incrementos de deuda discretos son ahora las que están obligadas a tirar de préstamos. El endeudamiento aumentó en 2011 hasta un 44,6% en Navarra, un 33,2% en Murcia, un 30,3% en Cantabria y un 26,7% en Asturias. En cambio, solo un 9,5% en Comunidad Valenciana y un 7,2% en Baleares, donde las alzas importantes se dieron en ejercicios precedentes. El incremento del 13,8% en Galicia es el quinto más bajo, justo detrás de País Vasco (10,4%) y Canarias (12,7%).

Desde 2007, el aumento registrado en la deuda gallega, del 88,8%, fue el tercero menor, junto con el de Valencia, donde experimentó una subida del 75,2%; y Madrid, del 52,8%. Frente a estos incrementos, en Murcia alcanzó el 333%; un 279% en Navarra; el 260% en Castilla-La Mancha; un 197% en Cantabria; un 192% en Aragón; un 189% en Asturias; o hasta un 762% en el País Vasco.

Con la aportación de las administraciones al completo, la deuda pública en España roza los 735.000 millones, un 68,5% del PIB.

Precisamente, a estas diferencias enormes se agarra Facenda para sacar pecho pese a los niveles en los que está situada la deuda. El departamento que dirige Elena Muñoz recuerda esas ocho décimas por debajo de la media nacional sobre el PIB, "a pesar de ser la única que ejecutó en tiempo y forma su programa anual de endeudamiento". La valoración hace hincapié en el "diferencial positivo aún mayor" con la inclusión del déficit de las empresas públicas, que en Galicia alcanza los 232 millones, un 0,4% del PIB -lo que arroja un endeudamiento total del 12,7% cuando en toda España llega al 14,4%- y un 8,4% más que en 2010, aunque con respecto al comienzo de la crisis, este nivel se rebajó en unos dos puntos.