Toda una vida dedicada al monte y sus últimos 15 años al trabajo de extinción. Las llamas azuzadas por un cambio de viento que erigió un torbellino de fuego se convirtieron ayer en la trampa mortal de Higinio Vivas López, un brigadista natural de Oímbra de 59 años que falleció carbonizado tras verse rodeado sin salida por las fauces del fuego. Sus cuatro compañeros de la cuadrilla de Infesta, que esperaban junto a él para atacar desde una pista una de las líneas del gran incendio declarado ayer en Castrelo do Val -han ardido más de 200 hectáreas de arbolado de momento- sí lograron ponerse a salvo esquivando la fatalidad al filo de la navaja. La súbita aparición de una lengua de fuego que se propagó del suelo a las copas de los árboles por la incidencia del viento condenó al brigadista natural de la aldea de O Espiño, donde ya era velado desde última hora de ayer tras la práctica de la prueba de autopsia en el Hospital de Ourense. Vivía en la casa de sus padres solo, no tenía mujer ni hijos, pero sí una hermana y sobrinos.

La víctima acababa de realizar un curso de reciclaje para la labor antiincendios, era personal fijo del operativo, conocía la zona y le apasionaba el monte. En sus inicios colaboró en tareas de repoblación y, además del trabajo, era aficionado a la caza. Ayer, Higinio Vivas murió rodeado por las llamas provisto solo de una pala batelumes como mecanismo de defensa. La brigada se dirigió sola al lugar de la tragedia y sin apoyo de motobomba.

La tragedia que regresa a los montes de Ourense tras el fallecimiento en octubre de un piloto de avioneta en Monterrei generalizó, una tras otra, las manifestaciones de pésame por la muerte del trabajador forestal, pero también reavivó las críticas del sector a la política de incendios de la Xunta. Los esfuerzos se encaminan además en concretar el origen de un fuego que llegó a formar cuatro frentes distintos, líneas de llamas kilométricas, y exigió el refuerzo de emergencia de 100 militares de la UME por la proximidad de los frentes a poblaciones y viviendas de la zona.

El fuego se declaró en torno a las 13.35 horas de ayer y, según indicó el alcalde de Castrelo do Val, Vicente Gómez, pudo tener su origen en una quema negligente que se descontroló. "No creo que sea intencionado", aseguró el regidor de la localidad ourensana, "sino que pudo haberse iniciado en un prado y luego saltar al pinar.

Cuando los cinco trabajadores se encontraban en una pista entre Monteveloso y Fuentefría, parroquia de Piornelo (Castrelo do Val), el viento "no ardía con mucha virulencia", confiesa el alcalde. Pero el viento cambiante lo determinó. Uno de los compañeros de brigada de Higinio vio cómo se propulsaba el fuego y alertó a la cuadrilla: "Corred, corred", apuntan las fuentes. Tres de los brigadistas se pusieron a resguardo. Dos personas no lograron distanciarse. Uno se salvó in extremis saltando a una zona ya arrasada por el fuego. Higinio no pudo huir. Sus compañeros fueron incapaces de llegar en un primer momento y la Guardia Civil también tuvo que esperar a que remitiera el frente que, además, inundó de una densa humareda la zona. Un agente forestal encontró después el cuerpo carbonizado del brigadista.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, mostró ayer el "pesar y la tristeza de toda Galicia" por el fallecimiento de Higinio Vivas López en el incendio originado en Castrelo do Val (Ourense) cuando participaba en las tareas de extinción.

Feijóo realizó una declaración institucional en la que lamentó la "lacra" que suponen los incendios, alabó el trabajo del personal de lucha contra el fuego y aseguró que la muerte de ayer no será en vano. "Semejantes sacrificios no pueden ser inútiles, no van a ser inútiles", declaró en San Caetano.

"Quiero dar el profundo y más sentido pésame, en nombre de toda Galicia, a su familia, amigos y compañeros de trabajo, a todos sus seres queridos y a todos los que sienten de manera más cercana la muerte, doy las condolencias y todo el apoyo que precisen", leyó Feijóo sobre el fallecimiento de Vivas, de 59 años y con quince de experiencia de lucha contra las llamas.

El presidente gallego hizo extensivo el reconocimiento a la víctima a todos los "héroes anónimos" que conforman los dispositivos de extinción de incendios de la comunidad, a quienes agradeció trabajar "más allá del estricto deber", arriesgando sus vidas para evitar que Galicia esté "a merced de una de las plagas más dañinas" para el territorio.

En su intervención, Feijóo realizó un llamamiento a la colaboración ciudadana y a la cooperación para acabar con la "lacra de los incendiarios" en la comunidad y "redoblar esfuerzos para que los delitos forestales sean detectados, perseguidos y suficientemente condenados".

La colaboración de toda la sociedad será determinante, según insistió el presidente de la Xunta, para lograr esos objetivos. Tras lamentar el fallecimiento de Vivas, Feijóo pidió "mantener viva su memoria" y luchar para que la ciudadanía "tome más conciencia" del problema del fuego en la comunidad gallega.