Por su seguridad, control de velocidad. El cartel de aviso a la entrada del túnel de O Sartego de la AP-9, cerca de Ferrol, surte efecto. Durante los tres primeros meses de funcionamiento de este radar de tramo, el único con el que por el momento cuenta Galicia, Tráfico controló a un total de 865.226 vehículos de los que 1.988 fueron sancionados por sobrepasar el límite de velocidad fijado en el túnel, 90 kilómetros por hora. O lo que es lo mismo, el primer cinemómetro de tramo en Galicia intercepta cada día una media de 22 conductores que pisan más de la cuenta el acelerador. La práctica totalidad de los cazados por el flash del radar circulaban a velocidades de entre 120 y 130 kilómetros por hora.

El balance de Tráfico es positivo: apenas un 0,2% de los conductores controlados emplea menos de 49,23 segundos para recorrer los más de mil metros del túnel de O Sartego. Para el jefe de Tráfico en A Coruña y responsable de los centros territoriales en Galicia, Pedro Pastor, estos radares contribuyen a "pacificar el tráfico" en la red viaria, en especial en los túneles, unos puntos que califica de "potencialmente peligrosos". El "aspecto pedagógico" al que Pastor se refería cuando Tráfico colocó el primer cinemómetro en Galicia se ha cumplido. "Ha creado conciencia, se circula a velocidades razonables, ya no solo en el túnel controlado por este radar, sino en el resto de subterráneos", concluye.

¿Cómo funcionan estos radares? Con dos cámaras situadas al principio y al final del túnel, que registran la matrícula del vehículo y la hora exacta a la que pasa. Los datos son remitidos a un ordenador central en tiempo real, que calcula la velocidad media que ha mantenido el coche en el tramo. En el caso de que se haya excedido el límite de velocidad, el ordenador envía los datos del infractor al centro de gestión de multas de tráfico de León.

En un futuro, la DGT prevé ampliar la instalación de los radares de tramo a autopistas, autovías e incluso carreteras secundarias. El único requisito insalvable para Tráfico a la hora de decidir la ubicación de estos nuevos radares es que se trate de un recorrido que no tenga salidas, ya que de lo contrario no se podrá controlar la velocidad media de los vehículos que circulan en ese tramo.

Aunque por el momento el responsable de la DGT en Galicia no ha cerrado una lista de posibles tramos en la comunidad para colocar estos nuevos radares, sí tiene una propuesta para ubicar más cinemómetros fijos, entre ellos la autopista de A Coruña-Carballo (AG-55), la AP-9 y la autovía de O Barbanza.