Un cuchillo o una pistola. Las armas del delito en un asesinato o un atraco son la prueba fundamental para dar con el autor. Pero la cerilla no deja huellas. En el caso de los incendios, las llamas borran cualquier indicio que pueda probar la implicación del sospechoso. El hecho de que la investigación en este tipo de delitos no aporte pruebas concluyentes impide llevar a juicio a dos de cada tres incendiarios detenidos y de los que finalmente de sientan en el banquillo, el 20% son absueltos. Y de los condenados, solo el 5% acaba entre rejas. La práctica totalidad elude el ingreso en prisión ya que carecen de antecedentes penales -solo uno de cada veinte detenidos es reincidente- o la pena impuesta no supera los dos años. Por otra parte, los sentenciados que sufren algún tipo de trastorno psicológico son enviados al centro de internamiento de Conxo (Ourense).

"Los problemas no vienen tanto de la aplicación de la pena como de las dificultades para reunir pruebas", argumenta el fiscal de Medio Ambiente en Galicia, Álvaro García Ortiz. La principal dificultad para reprender penalmente estas conductas, según explica, es disponer de indicios y, sobre todo, pruebas personales a través de testigos que permitan presentar ante un juez o un jurado una causa firme y bien armada.

Evidencias como una garrafa de gasolina o un bidón de disolvente en el coche del sospechoso o las primeras declaraciones de los vecinos situando al presunto autor en las inmediaciones del lugar del incendio no son suficientes para sentar en el banquillo a los más de 150 incendiarios detenidos cada año en la comunidad.

Mientras que en 2005, los juzgados gallegos apenas instruyeron una decena de causas por delitos de incendios que se saldaron con cinco absoluciones, en 2009, el 68% de los presuntos incendiarios juzgados en Galicia acabó siendo declarado culpable.

'El mayor porcentaje de condenas desde la ola de incendios de 2006 se produjo en 2010, ya que el 82% de los acusados fue hallado culpable. De las 26 sentencias dictadas el año pasado en Galicia por delito de incendio forestal, 20 fueron condenatorias (77%), según datos de la Fiscalía Superior.

La calidad de la investigación, con más y mejores medios disponibles, y la mejora de los atestados policiales -elemento clave para poder sostener una causa judicial incluso años después de los hechos- explican por qué cada vez más causas relacionadas con este tipo de delitos se pueden llevar a juicio. El fiscal de Medio Ambiente admite que las causas que llegan a los juzgados van cada vez mejor "armadas" y destaca la "significativa" bajada de sentencias en los últimos años -de 43, en 2008 a 26, en 2011-, una cifra que vuelve a estar en los parámetros de 2007 y 2008. Los juicios que se celebran hoy en día en la comunidad todavía se alimentan de los incendios que se producen los tres años anteriores e incluso en la ola de agosto de 2006. Es el caso del juicio celebrado la semana pasada por el fuego que hace ya ocho años causó la muerte de dos mujeres en Cotobade. El detenido, un vecino de Cerdedo de 57 años que fue visto por testigos en las proximidades del foco de inicio fue absuelto al considerar la juez que no había pruebas suficientes para incriminarle.