Un hombre de 80 años, vecino del ayuntamiento de Guitiriz, ha sido imputado por la Guardia Civil como supuesto autor de un incendio forestal en un monte de la localidad lucense, por realizar una quema autorizada de rastrojos sin las correspondientes medidas de seguridad para evitar que el fuego se propagase.

Los hechos ocurrieron el miércoles en torno a las siete menos cuarto de la tarde cuando una patrulla del Instituto Armado observó una columna de humo que ascendía desde un lugar de la parroquia de San Breixo, en Guitiriz.

Al acercarse al lugar, los agentes comprobaron que se trataba de un incendio y de que un hombre trataba desesperadamente de apagar las llamas con la ayuda de una rama de árbol.

Con autorización

Finalmente, el fuego, que no llegó a representar peligro alguno para las personas, fue sofocado por los servicios de extinción a las nueve de la noche de ese mismo día. Posteriormente, la Guardia Civil verificó que el octogenario estaba realizando una quema autorizada en el monte, pero incumplió las condiciones mínimas de seguridad y, al carecer de medios de extinción adecuados, una ráfaga de viento hizo que las llamas se extendiesen y ya no pudo evitar la propagación del incendio.

En el esclarecimiento de este suceso también participaron efectivos de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales de la Xunta. El imputado ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Vilalba.

Con este arresto, el número de incendiarios detenidos en lo que va de año en la comunidad ronda los 150, más de los registrados en todo 2011. No obstante, en la mayoría de los casos los arrestos no se traducen en juicio alguno. La falta de testigos y de pruebas que incriminen a los sospechosos impide que dos de cada tres sospechosos detenidos sean juzgados. Y sentar ante un juez a un presunto incendiario tampoco significa que vaya a ser condenado: el 30% de los incendiarios juzgados en Galicia son absueltos.