El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado esta mañana la constitución de la Agencia Tributaria de Galicia, que entrará en funcionamiento el 1 de enero de 2013, fecha inicialmente prevista, y ha señalado que con su puesta en marcha se pretende ahorrar un 20% más, sin que haya un incremento de impuestos autonómicos.

"Buscamos disminuir los costes de gestión de los tributos propios y cedidos", explicó hoy el jefe del Ejecutivo gallego, así como un proceso de reordenación y centralización de competencias, sin afectar a la prestación de los servicios y que, de "manera progresiva", llevará a un ahorro de 15 millones en los primeros cuatro años, añadió al término de la reunión semanal del Consello.

El mencionado ente logrará recaudar más dinero, ha detallado Feijóo, porque habrá más empeño en la lucha contra el fraude fiscal, con los mismos efectivos que hasta el momento, y también en base a que "como ejemplo de austeridad y simplificación" se eliminarán la Dirección Xeral de Tributos, 5 departamentos territoriales y se suprimirá la capacidad liquidadora de las 42 oficinas de la comunidad.

La Agencia gallega "aglutinará", concretó, todas las funciones tributarias: liquidación, gestión, inspección y recaudación, y la burocracia quedará "reducida al mínimo" con un "sistema completo" de asistencia al contribuyente, y una única "ventana telemática".

Los trámites para la creación de este organismo comenzaron hace más de tres meses, por lo que "de inmediato", avanzó Feijóo, se enviará el decreto que conllevará un cambio en "la filosofía de actuación" con el punto de mira en la información y asistencia al ciudadano, así como en el control del cumplimiento tributario y, por ende, la reducción del coste fiscal indirecto.

No solo se buscará, en cambio, detectar el incumplimiento, sino que se llevarán a cabo actuaciones encaminadas a inducir el pago voluntario, "haciéndolo fácil y económico", porque "si todos pagamos lo que debemos, no necesitamos más recaudación", explicitó el presidente de la Xunta.

Por ello, matizó, se promoverán acciones de concienciación y sensibilización, y cualquier otra que, "de modo directo o indirecto" vaya dirigida a auspiciar el "cumplimiento voluntario" de las obligaciones fiscales por parte de los ciudadanos.

En el campo de las nuevas tecnologías, la voluntad es "potenciarlas" para economizar "tiempo y costes", con la habilitación de un procedimiento que permite cumplir con la totalidad de los trámites, desde el otorgamiento del documento notarial hasta la inscripción en el correspondiente registro (de la propiedad, mercantil...) del acto o negocio jurídico, después del abono y de la presentación del oportuno impuesto.

Además, afirmó Núñez Feijóo, que para lograr una "adecuada visibilidad" de las funciones de asistencia al ciudadano, se procederá a su separación "de las funciones de gestión tributaria", en las cuales está actualmente incluida, algo que a su vez "permitirá mejorar la eficiencia y eficacia en las actuaciones de control extensivo".

El jefe del Ejecutivo gallego adelantó que también operará un servicio de atención telefónica y puestos de atención continuada (PAC), que funcionarán mediante cita previa, con la idea de facilitar los desplazamientos, "minorando" los posibles tiempos de espera.

La distribución del personal por áreas funcionales de la futura Agencia Tributaria estará acompañada, informó Feijóo, de una mayor especialización, potenciando las escalas superior y técnica de finanzas.

Contará, igualmente la Agencia, con un plan compuesto por una serie de indicadores que supondrán el reflejo de las estrategias globales de la organización y que permitirán a los diferentes responsables examinar con agilidad y seguridad el nivel de cumplimiento de las obligaciones.

El decreto por el que se crea este organismo y se aprueba su estatuto será remitido al Consello Consultivo, para que emita el preceptivo informe, antes de la aprobación definitiva por parte del Ejecutivo autonómico.