Concejal en Ourense y O Carballiño y diputado autonómico, Francisco Rodríguez se hizo con la alcaldía ourensana en 2007 y acabó con 12 años de hegemonía del PP en la capital de la provincia, convirtiéndola en un bastión en un territorio dominado a lo largo y ancho por José Luis Baltar. Pero este profesor de FP, nacido en Ourense en 1953, llegó de carambola al consistorio porque él no era el elegido para encabezar la lista municipal.

Tras alternar los cargos de concejal en Ourense (entre los años 1983 y 1991, como responsable de Educación), diputado en el Parlamento gallego (de 1991 a 1997) y otra vez edil, aunque en O Carballiño (de 1999 a 2003), pasó a formar parte de nuevo de la candidatura municipal de Ourense, pero inicialmente como número dos. El partido había elegido como cabeza de lista al actor Abelardo Pérez Gabriel (ya fallecido), pero entre unas desafortunadas declaraciones suyas sobre violencia de género y que no acababa de convencer su valía al PSOE, se cayó de la lista y Rodríguez se aupó al primer puesto.

En su primer envite como candidato a regidor, en 2003, las urnas no le dieron la victoria, por lo que pasó cuatro años como portavoz municipal. Pero esta travesía le permitió asentar su liderazgo en el PSOE local, puesto que hasta entonces era un político de perfil bajo, discreto, sencillo y de aspiraciones contenidas. Su carrera transcurría al amparo de Pachi Vázquez, actual secretario xeral del PSdeG y entonces uno de los barones provinciales del PSOE. De hecho, fue el propio Vázquez, cuando era alcalde de O Carballiño, quien lo incluyó en las listas municipales y lo mantuvo con él durante todo el mandato. Su relación era estrecha, muy próxima, y nada hacía presagiar que iba a saltar por los aires pocos años después.

En un feudo del PP como la provincia de Ourense, Rodríguez consiguió en su segundo envite hacerse con la Alcaldía. No logró la mayoría absoluta pero desbancó al PP con un pacto con el Bloque. Y con su personalidad afable, muy cercano a los ciudadanos, fue acrecentado su liderazgo. Le llamaban "el Paco de todos", porque siempre tenía un minuto para atender a vecino, devolvía las llamadas de teléfono y escuchaba a los militantes del partido.

Amparado por este perfil, en las municipales de 2011 superó el resultado de los comicios anteriores y reeditó la coalición de gobierno con los nacionalistas. Su triunfo tuvo además una lectura más transcendental que la puramente local ya que consolidó el baluarte del PSOE en Ourense en medio del descalabro general de los socialistas en Galicia y en el resto del país, avasallados por el PP. Desde entonces, según fuentes próximas al regidor, su actitud ha cambiado. "Ha dejado de ser Paco de todos", advierten, ya que se ha rodeado de un grupo de asesores que lo aíslan y filtran el contacto, no ya con los ciudadanos, sino también con los militantes.

Y también la relación con Pachi Vázquez saltó por los aires. Respaldó a la exministra Elena Espinosa como candidata a la secretaría xeral del PSdeG y en la asamblea local para elegir a los candidatos al Parlamento gallego, hace tres semanas, los afines de Rodríguez castigaron a Vázquez a elegirlo en el cuarto puesto en la propuesta de aspirantes a la Cámara autonómica.

Hasta ahora, su relación con la Justicia se reduce a una denuncia de Democracia Ourensana ante la Fiscalía por ocultar información sobre la publicidad contratada a un grupo de comunicación local.