Francisco Fernández Liñares fue el elegido para presidir la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil cuando el organismo se segregó de la del Norte, y pasó a establecerse en Ourense. Natural de Lugo, fue responsable en el Concello de Urbanismo y Economía, hasta que fue llamado, con José Blanco como promotor, para poner en marcha la primera confederación gallega.