De "sería difícil" a imposible. El presidente de la Xunta y candidato popular a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, rechazó ayer un posible pacto con la formación de Mario Conde para mantener las riendas de San Caetano. Seis días después de considerar como muy improbable una posible alianza con Sociedad Civil y Democracia (SCYD) en caso de no contar con mayoría absoluta y que la formación del exbanquero accediese a la Cámara, Feijóo resultó más clarificador. "Gobernaré con los votos del PP, con ninguno más", zanjó cuando se le preguntó expresamente si se plantearía un acuerdo con Conde.

Feijóo despejó posibles dudas en el turno de preguntas del Fórum Europa. Tribuna Galicia que se celebró ayer en Ourense, donde reiteró uno de sus ejes discursivos a diez días de que comience la campaña: los comicios se deciden entre el PP y el resto. "Si el PP no logra 38 o más escaños, gobernará el PSOE, los Bloques nacionalistas divididos en tres y EU. Es mi opinión y el contraste demoscópico que tenemos en el PP", argumentó antes de insistir en que quien "no quiera que gobiernen" los populares "podrá votar a cualquiera".

La presencia de exmiembros del PP en la lista de Mario Conde fue también despachada por Feijóo recordando el caso de Alfredo Enríquez Badás, número dos de Conde por Ourense. "No es militante del PP, lo fue", matizó.

El escenario postelectoral no fue el único tema abordado por Feijóo ante gran parte de la clase política y social de Ourense. El pulso independentista iniciado por el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y que parece que secundarán otros grupos políticos resultó abordado también por Feijóo, que acusó a su homólogo catalán de instrumentalizar esta cuestión y buscar excusas a un gestión que ha dejado a la comunidad en bancarrota y reclamando más de 5.000 millones del fondo de rescate. "Cataluña sufre las consecuencias de los gobiernos que negaron la crisis y asociaron catalanismo y dilapidación. Y ahora buscan fuera un chivo expiatorio cuando las culpas de la bancarrota están fundamentalmente dentro", arremetió contra el legado del tripartito catalán liderado por el PSC que CiU, con apoyos puntuales del PP, sucedió. La división política, dijo, conduce al "naufragio".

Frente a esa hoja de ruta, Feijóo aprovechó para alabar su gestión. "Fue una nueva versión del cuento de la cigarra y la hormiga, mientras otros decían que la Xunta tomaba medidas dictadas por la ideología; no, no, dictadas por la realidad", indicó.

A la hora de alabar su política de austeridad, tiró de ejemplo para rebatir los ataques a sus ajustes realizados por el PSdeG. "Andalucía planeaba una vía alternativa, una determinada insumisión al Gobierno, pero esa rebeldía fue muy breve y hoy tiene en vigor importantes recortes en prestaciones y una petición de ayuda que no deja de ser un rescate disimulado", arremetió en una intervención precedida de la protesta de una quincena de afectados por preferentes.

Sector naval

Feijóo también se refirió al sector naval, que hace unos días firmó dos contratos para construir dos buques-hotel y vaticinó, a pesar del parón de actividad de los últimos años que achacó al Gobierno de Zapatero y a su crisis, que "el problema del naval pasará a ser el éxito del naval" en la próxima legislatura e incluso auguró un incremento del empleo. "Las 8.000 o 9.000 personas del paro del naval se irán incorporando a sus puestos de trabajo, con independencia de que en la próxima legislatura haya que gestionar mejor y profesionalizar algunos astilleros privados y también de la cartera de pedidos de Navantia", añadió con una puya a las empresas para que mejoren su competitividad.

Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor, mostró ayer su compromiso de mantener la inversión en las "grandes infraestructuras" como el AVE gallego y aseguró que su departamento "trabaja" para que "continúen en ejecución" en los presupuestos generales que se presentan esta semana y que previsiblemente reflejarán una reducción del gasto público.