Al final solo es cuestión de precios. La petrolera mexicana Pemex ha reconocido que contratar los buques hotel en Galicia es un 30% más barato que hacerlo en México a través de una licitación pública internacional. Esta ha sido la principal razón que ha llevado al brazo comercial de la compañía, PMI Comercio Internacional, a firmar el pasado 19 de septiembre con Navantia y Barreras los contratos de construcción de dos buques hotel por 290 millones de euros.

Esa rebaja del 30% se debe, según fuentes del sector consultadas por este diario, a que los buques hotel de Navantia y Barreras parten de un proyecto anterior desarrollado por el astillero vigués, el Edda Fides, de la armadora noruega Østensjø Rederi, que supuso un antes y un después en el sector naval en esta categoría de embarcaciones de apoyo y servicio a plataformas. "Nadie podrá ofrecer este tipo de buques tan novedoso y complejo tecnológicamente en mejores condiciones que PMI", reconocía el viernes un responsable de la propia filial de la petrolera mexicana.

La veracidad de estos contratos y, por extensión, del acuerdo marco con Pemex, quedó en entredicho el jueves tras las declaraciones del director general de la compañía estatal, Juan José Suárez Coppel, quien negó que hubiese contratado "ningún servicio de floteles en Galicia". Los portavoces de prensa de la petrolera se vieron obligados a matizar las declaraciones del directivo, ratificando que los contratos son "válidos" y se produjo una "confusión". Fue la filial PMI de Pemex la que firmó los contratos, no Pemex Exploración y Producción (PEP), que era a lo que se refería Coppel. Ahora estos contratos participarán en un "proceso competitivo" en México en el que PEP debe decidir si los quiere o no. En caso una respuesta desfavorable (algo muy poco probable, según los mismos portavoces), tampoco pasaría nada, ya que PMI arrendaría los barcos en el mercado off-shore a otra firma.

Renovación de la flota

La polémica y el desconcierto en los que se ha visto envuelto el proceso negociador de estos buques y de los otros remolcadores ofertados por Pemex en Galicia se debe a las presiones del sector naval mexicano y a las dudas dentro del PRI, el partido ganador de las elecciones en México en julio, ya que las contrataciones se firmaron bajo el mandato de la fuerza política saliente, el PAN, y Pemex es un grupo empresarial estatal.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ha facilitado las gestiones entre los astilleros gallegos y Pemex, insiste en lanzar un mensaje de tranquilidad, y ayer recordó que la petrolera prevé construir 130 buques en los próximos años para renovar su flota, y que hay más oportunidades para el naval gallego. "Los que brindaban porque pensaban que no conseguiríamos trabajo en el naval, que guarden las botellas para las botaduras de los floteles", afirmó.

La oposición, en cambio, no lo tiene tan claro. El PSdeG endureció ayer su discurso sobre la polémica de los contratos y tachó de "falacia" de Feijóo todo el proceso. La portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, consideró "miserable" que "se juegue con las esperanzas" de los trabajadores del naval. El ministro de Industria, José Manuel Soria, que la próxima visitará Galicia, sí cree en los contratos y aseguró que son una "extraordinaria noticia".