No hubo debate ayer en TVG porque Pachi Vázquez y Francisco Jorquera así lo quisieron, más el primero que el segundo. Los dardos se dirigieron al candidato ausente: Alberto Núñez Feijóo, de mitin en Cangas, y a su jefe en Madrid, Mariano Rajoy. Pachi Vázquez y Jorquera consideran posible derrotar el próximo 21 de octubre a Feijóo si los ciudadanos acuden a las urnas pensando en los recortes de Galicia, pero sobre todo en los emprendidos por el Gobierno de Rajoy.

El cabeza de cartel del PSdeG, de traje y corbata azul con lunares, y el candidato del BNG, más informal sin traje y sin corbata, tendieron puentes, conscientes de que si se tiraban los trastos a la cabeza, reforzaban el discurso de Feijóo de que él es garante de la estabilidad y ellos, del lío que podría suponer reeditar una coalición de gobierno.

Pachi Vázquez y Jorquera mostraron su cuasi plena coincidencia en las políticas de izquierda (una fiscalidad progresiva que obligue a pagar a quien más tiene, un instituto público de crédito, blindaje a los servicios sociales públicos, ...). A nadie puede extrañar esta concurrencia, pues ambos lideran fuerzas progresistas.

Las diferencias estribaban en el papel de Galicia en España. Pachi Vázquez, que el día anterior ya había debatido con Feijóo y volvió a abusar de las chuletas, apuesta por un modelo federal de Estado dentro del marco de la Constitución, que remarcó, en más de una ocasión y siempre por presión de Jorquera, sólo se puede cambiar si es "por consenso de todos".

El candidato del BNG, más envarado que el cabeza de cartel durante el no debate, está al frente de una fuerza nacionalista y va mucho más allá. Por ejemplo, exige una financiación como la vasca. Dejando claro que la alternativa es posible, Jorquera optó también por definir su territorio y marcar diferencias con el PSOE para frenar una posible fuga de votos. Pueden ser socios de gobierno, pero no son iguales. Ese era el mensaje. Y en su crítica, eso sí tibia, pero presente, recordó que el PSOE, con el PP, sacó adelante reformas financieras que, en su opinión, se han cargado las cajas gallegas, y que los socialistas en Madrid no apoyaron la propuesta de reforma de financiación autonómica defendida por él en el Congreso.

Había más. Hasta cuatro veces Jorquera se postuló como presidente de la Xunta. El BNG, ante un PSOE en descenso, mientras la fuerza nacionalista parece resistir los efectos de las escisiones, según las encuestas, no renuncia a liderar la alternativa, y no se conforma con ser el apoyo a un Pachi presidente.

Por su parte, el candidato socialista tenía claro que el enemigo a batir era el PP. Parecía no oír los reproches de Jorquera, pasaba de largo, y solo escuchaba los puntos de encuentro que remarcaba con un "coincido plenamente" o un "no puedo estar más de acuerdo ... estoy tan de acuerdo que".

La insistencia de Jorquera en defender un cambio en el modelo de Estado y en la financiación autonómico forzaron a Vázquez a matizar que avances sí pero dentro de la Constitución.

También Jorquera admitió "coincidir" con Vázquez pero menos, tanto menos que respondía casi siempre al discurso del socialista empezando con un "pero".

El no debate de ayer en la televisión pública se convirtió en la oportunidad de PSOE y BNG de vender la existencia de una alternativa al Gobierno de Feijóo, y de colocar ante los espectadores las críticas al verdadero rival: Feijóo que hoy se verá las caras con Jorquera.