-Usted escribe: "Feijóo, tal vez el político más parecido a Rajoy". ¿En qué se parecen?

-Son dos personas que consiguen dar una imagen de seriedad y rigor. Son pacientes, capaces de integrar las diferentes sensibilidades del partido, y los dos tienen una idea de la política que pasa por no pisar muchos callos y no meterse en muchos líos. Reflexionan mucho consigo mismos. Y la discreción absoluta. Los dos conformaron sus gobiernos sin una sola filtración.

-Cita a Gallardón y Cospedal como aspirantes a suceder a Rajoy. ¿Y Feijóo?

-La sucesión de Rajoy está un poco lejos, pero tras analizar la personalidad y la trayectoria de la secretaria general del PP es indudable que aspira a ser la número uno. No tengo dudas. Y Gallardón quiere desde pequeño. Feijóo no puede ser descartado.

-Cospedal quiere, Gallardón quiere y ¿Feijóo quiere?

-No lo sabemos. No lo ha expresado. Tiene buen cartel. No solo en el PP, en general. Está bien valorado. Este año la mayor gesta del PP la protagonizó Feijóo al conseguir mayoría absoluta, en medio de la hecatombe que sufre su partido, que ha perdido más de diez puntos en intención de voto. A mí me parece milagroso y sé que la oposición estaba muy débil, pero mira Cataluña.

-¿Tiene opciones?

-Feijóo, razonablemente y legítimamente, puede tener aspiraciones. Y además con fundamento. Sin lugar a dudas tiene el liderazgo dentro de lo que son los barones del PP. Cuando se habla del futuro, el nombre de Feijóo está en los primeros lugares. Es también una cuestión de relevo generacional.

-También relata como Feijóo se opuso a la fusión de las cajas gallegas con entidades de fuera

-Las cajas es el lunar negro de la gestión de Feijóo. En las cajas fracasaron todos los políticos, no solo Feijóo. Ahora Feijóo ve la cosas de una manera distinta. Intentó salvar las cajas gallegas y ahora se da cuenta de que no es posible. Ahora no es su prioridad. Cambió de posición. Intentó hacer lo que todos los presidentes autonómicos, controlar las cajas.