En el periodo en que se produjo la reunión con las autoridades marítimas de Bahamas, Fomento realizaba inspecciones del pecio hundido para "saber la verdad" de lo ocurrido, tal y como reconoce López-Sors a su homólogo en el país de bandera del Prestige. Estas inmersiones, según advierte, le llevaron a dos conclusiones: el petrolero "no tenía remolque de proa" (lo que a su juicio, avala, las malas condiciones del viejo monocasco) y la armadora, la clasificadora y el barco eran "absolutamente fraudulentos". Y como prueba de estas acusaciones, el entonces director de la Marina Mercante alude al descubrimiento durante esas inspecciones submarinas de unas falsas bitas de amarre y que "seguramente" servían para "trasegar carga a tanques del barco" o "usar la carga para descargar" y "robar", en alusión a un posible contrabando de fuel por parte del armador. "Este armador, la sociedad de clasificación (ABS) y este barco eran absolutamente fraudulentos, todo es mentira", sentenció.