Las cárceles gallegas han dejado de ser las más saturadas del país. Tras más de una década de continuos incrementos de la población reclusa, agravados por la crisis, la tendencia se ha invertido. De los 76.919 internos que había en España en marzo de 2010 (fecha en que la población penitenciaria alcanzó su máximo histórico) se pasó a poco más de 68.700 el pasado mes de febrero (un 10,65% menos). Galicia lejos de ser una excepción se ha convertido en la comunidad donde más cayó el número de presos desde el año 2010, con un total de 3.652 internos entre rejas, 1.265 menos que hace tres años, lo que supone un 25,8% menos según un informe del sindicato de prisiones mayoritario, Acaip, elaborado con datos del Ministerio del Interior.

¿Menos delincuencia o más flexibilidad en las condenas y el cumplimiento de las penas? Para Acaip, las reformas penales, la expulsión de extranjeros con el agravamiento de la crisis y el adelanto de la libertad condicional están detrás de este descenso de la población reclusa. Una de las últimas modificaciones legales que han contribuido a invertir la tendencia es la del Código Penal en diciembre de 2010 por la que se redujeron las condenas aplicadas para perseguir delitos de tráfico de drogas.

A eso se suma la disminución de la población reclusa extranjera tras una circular de 2011 de la Fiscalía del Estado para "facilitar e impulsar los trámites de expulsión de presos a sus países de origen" que cumplan ciertas condiciones como tener penas inferiores a los seis años o haber cumplido tres cuartas partes de sus condenas. En concreto, en el periodo estudiado por Acaip, el 56,9% de la reducción corresponde a presos extranjeros, que en la actualidad no llega a 23.000 en España cuando hace tres años superaban los 27.000.

Todos estos factores han colocado a Galicia como la comunidad donde más ha disminuido la población reclusa desde el año 2010, al pasar de los 4.904 presos contabilizados hace tres años a los 3.693 a 31 de diciembre de 2012 (un 25,8% menos). Le siguen en la lista Castilla y León (-22,89%), Aragón (-15,32%) y Madrid (-12,88%). En el extremo opuesto, están Murcia, Navarra, Canarias y la de Melilla, donde se ha disparado la población penitenciaria. En los primeros meses de este año la población penitenciaria en la comunidad gallega continúa una tendencia a la baja. Según los últimos datos disponibles, en Galicia cumplían condena en la primera semana de febrero un total de 3.652 internos, 41 menos que hacía poco más de un mes.

Las quejas de los funcionarios de prisiones por el elevado grado de saturación que sufren los penales, la baja ratio entre el número de presos y la plantilla disponible para garantizar la seguridad de los centros han sido una constante en Galicia desde hace años. La crisis agravó esta situación y colocó a la comunidad gallega entre las más saturadas del país, hasta que el extremo de que resultaba imposible clasificar a los presos por su peligrosidad o la duración de la pena. Es decir que convivían en el mismo módulo presos violentos con internos menos peligrosos.

La situación en la actualidad nada tiene ya que ver con esa radiografía de la población penitenciaria en la comunidad. El último informe de Acaip revela que los penales gallegos presentaban hace apenas un mes la tasa de hacinamiento más baja del país: un 117,39%. Es decir, por cada cien celdas disponibles en las cinco prisiones de la comunidad había 117 reclusos. Estos datos sitúan a Galicia como la comunidad con los penales menos saturados, seguida de Castilla y León (118.13%), Canarias (126,22%) o Cantabria (136,55%). En el extremo opuesto del ranking están Asturias, La Rioja o Madrid, con una masificación superior al 150%. Son sin embargo los penales de las ciudades de Melilla (236%) y Ceuta (258%) las que registran la tasa de hacinamiento más alta.

Por centros penitenciarios, en Galicia han sido los de Monterroso y Bonxe los que experimentaron un descenso más acusado de población reclusa -un 34% y 24%, respectivamente-. Le sigue en la lista el centro penitenciario de Teixeiro que pasó de 1.432 reclusos en diciembre de 2010 a 1.177 el pasado mes de febrero (-17,8%). En el caso del penal de A Lama el descenso de su población penitenciaria es del 14,3% (se paró de 1.633 presos registrados a finales de 2010 a 1.398 hace un mes). Y finalmente, la prisión de Pereiro de Aguiar experimentó una caída del número de internos del 12,3% -pasó de 412 internos hace tres años a 255 en la actualidad-.