Uno de los mayores ejemplos de inversión absurda de Galicia se encuentra en Compostela. En septiembre de 2011 el aeropuerto de Lavacolla estrenaba su flamante nueva terminal, un nuevo edificio al que el departamento de Fomento, por entonces con José Blanco al frente, dedicó 230 millones de euros. Gracias al edificio el aeropuerto de la capital gallega triplicó la superficie de la vieja terminal y ganó un aparcamiento de 3.500 plazas (en la imagen vista del parking de la nueva terminal de Lavacolla). La realidad es que hoy el conjunto está bajo mínimos, sin una demanda que justifique su inversión faraónica.

Más allá del fondo del comunicado, sus términos dejaron perplejos ayer a las fuerzas vivas de la ciudad. Tras elevar la existencia de tres aeropuertos en Galicia como "el paradigma de una comunidad que se engaña a sí misma y está dispuesta a derrochar ingentes sumas de dinero público en aras de un localismo que nos desangra", el Club Financiero de Santiago da un paso más allá en sus críticas.

"El problema de Galicia no es la incapacidad de nuestros políticos para tomar decisiones racionales -porque la realidad habría acabado por imponerse-, sino su capacidad para, valiéndose de planes, comisiones y subvenciones, mantener la irracionalidad aldeana que solo sirve para cultivar el orgullo trasnochado de dos ciudades. Un orgullo que ya se ha convertido en una pesadilla para quienes, como el CFS, defendemos el interés general de Galicia", recoge su nota. El escrito lo firman, además de Roberto Pereira, que ocupa la Presidencia del Colegio de Economistas de A Coruña; responsables de otras cuatro firmas de Santiago.

A la hora de exponer los resultados de "la visión cortoplacista" a la que el localismo arrastra a los políticos el CFS da ejemplo de "duplicidades y triplicidades". "El reparto de las grandes inversiones entre A Coruña y Vigo ha metido a Galicia en un auténtico proceso suicida con hitos que saltan a la vista; tres aeropuertos, centros universitarios redundantes, recintos feriales por doquier, dos puertos exteriores...". Omite el documento que, las dos terminales a las que se refiere están concentradas en la provincia de A Coruña a, una en la ciudad herculina y la otra -a escasos 20 kilómetros-, que suman una inversión millonaria. Tampoco menciona el documento la abultada inversión en A Cidade da Xustiza o la segunda terminal de Lavacolla, sin uso. "El CFS considera que ni A Coruña ni Vigo lograrán resolver a su favor esta larga y estéril pugna que a todos perjudica", señala el comunicado que propone a la sociedad "un sistema urbano jerarquizado y coherente".