La Junta de Extremadura, presidida por el popular José Antonio Monago, abrió ayer una cruzada en toda regla contra un reparto del objetivo de déficit diferenciado para cada comunidad, un opción que toma más cuerpo después de que el Gobierno central subiera del 0,7% al 1,2% del PIB el límite global para el conjunto de la regiones, que ahora debería distribuirse "a la carta" entre las autonomías.

El Ejecutivo extremeño calcula que a las comunidades que han incumplido sus compromisos de gasto en 2012, el Gobierno les dará un trato benevolente y les permitirá endeudarse en 2013 por un 1,5% del PIB y obtener nuevos ingresos mediante la emisión de deuda para no tener que afrontar tantos recortes, mientras que al resto, para compensar la media global, les asignará solo un 0,94%. Y Galicia pertenecería a este último grupo, puesto que se ha cumplido el límite de déficit en los últimos dos años.

Así, mientras que con un desfase autorizado del 1,2%, Galicia podría gastar en sus presupuestos unos 300 millones de euros adicionales -que obtendría mediante la emisión de deuda-, la Junta de Extremadura advierte de que con un déficit a la carta esa cantidad se rebajaría a la mitad, a unos 137 millones de euros, puesto que solo tendría un déficit del 0,94%.

En un escenario de reducción de los ingresos ordinarios por la crisis, el recurso a la deuda es la única vía para aumentar los fondos y cubrir los gastos, pero esta fórmula esta limitada. El pasado año fue del 1,5% y en este inicialmente era del 0,7% del PIB, que ahora se ha elevado hasta el 1,2%, con la salvedad que antes era el mismo límite igual para todas las autonomías y ahora será diferenciado.

Con el agravante, como así lo creen Extremadura, Madrid o Castilla y León, de que el Gobierno central será más permisivo y dará más facilidades para conseguir recursos adicionales con la deuda a las comunidades que precisamente no fueron capaces de contener el gasto en el pasado, excediendo sus límites. Para denunciar la injusticia de este sistema, la Junta de Extremadura (PP) presentó ayer un informe con las repercusiones "concretas" de un sistema de déficit diferenciado, levantando la voz contra su propio partido. "Un déficit asimétrico rompe cualquier principio de igualdad y solidaridad entre las comunidades autónomas y España no está para comer a la carta, sino que todos tenemos que comer del mismo menú", avisó Monago.

Lo que más le molesta a Extremadura es que sean las comunidades que incumplieron los objetivos de déficit el pasado año (Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía y Baleares) las que resulten beneficiadas. Entre la cinco podrían gastar casi 7.500 millones de euros adicionales -financiados con deuda- por los 5.269 millones del resto de comunidades que cumplieron sus deberes.

Si finalmente el Gobierno central apuesta por el déficit asimétrico -algo que se discute en un grupo de trabajo creado específicamente para ello-, Extremadura anuncia que elaborará sus propios objetivos con una estrategia al margen del conjunto de las comunidades autónomas.

La Xunta se muestra favorable a un reparto diferenciado, pero con condiciones. Solo lo aceptaría si se emplean criterios técnicos y los mismos para todas las autonomías, como pueden ser el nivel de población, la renta por cabeza o los ingresos no financieros.

En parecidos términos que los expresados por el Gobierno extremeño se pronunciaron ayer los de Madrid y Castilla y León, partidarios de fijar un objetivo de déficit común para todos, tal como era el sistema que venía funcionado hasta ahora.

Y a favor de un reparto desigual está Valencia. Su vicepresidente, José Císcar, lo defiende porque, argumenta, no todas las comunidades compiten con las mismas condiciones y no todas reciben la misma financiación del Estado.