¿Ha conseguido la nacionalidad? ¿Por qué vía y que le ha motivado a hacerlo? ¿A qué país ha emigrado y a cuál le gustaría emigrar? ¿Cuáles son sus vínculos con España? ¿Cómo valora su experiencia de la emigración? ¿Cuál es su nivel de estudios respecto al de sus abuelos? Son algunas de las preguntas que se formulan en las encuestas que realizarán a 1.300 hijos y nietos de la diáspora que residen en Argentina, México y Cuba.

Salvo en el país cubano donde todavía se trabaja en la primera fase y solo se han hecho 60 cuestionarios, en los otros dos ya se han realizado 800 entrevistas de las que el catedrático de Sociología Antonio Izquierdo presentará los primeros resultados en el seminario internacional Migraciones y Memoria Histórica que se celebra hoy y mañana en Santiago.

El experto destaca solo la tercera parte de los entrevistados piensa en la posibilidad de emigrar y, por el contrario, los dos tercios restantes están a gusto en su país, bien sea Argentina o México. De los que barajan la alternativa de irse casi todos tienen España entre su opción preferida, pero Izquierdo aclara que en el caso de los descendientes de exiliados a la hora de cambiar de país de residencia se decantan por la Unión Europea o Estados Unidos. "Son más cosmopolitas y se mueven adonde haya más expectativas de crecer económicamente mientras que las personas cuyos abuelos emigraron por motivos laborales optan en la mayoría de los casos por mudarse a España", señala. Las razones para emigrar varían desde los motivos económicos y la calidad de vida hasta asuntos familiares o de seguridad.

Con la intención de volver a sus orígenes, más de 500.000 hijos y nietos de españoles en el exterior -unos 150.000 gallegos- pidieron la nacionalidad española y más de la mitad de los solicitantes ya la han conseguido. Las cifras oficiales constatan que solo un 7% de las solicitudes se corresponden con casos de personas que lograron el permiso por demostrar que eran descendientes de exiliados en la dictadura franquista.

Las encuestas realizadas en Argentina y México demuestran que en muchos casos los demandantes por esta vía decidieron cambiar y acogerse a la que otorga la nacionalidad por ser sucesor de emigrantes debido a que de esta forma tenían menos trabas administrativas. "Muchas de las pruebas para que los solicitantes demostraran que eran familiares de exiliados habían sido destruidas", aclara Izquierdo, quien se encarga de la organización del seminario con Ramón Villares. De hecho, de los 800 encuestados más del 20% reconocen que tuvieron que cambiar de vía ante la dificultad de demostrar que eran herederos del exilio.

Además de las repercusiones de la ley de la memoria histórica, en las dos jornadas que durará el evento los expertos analizarán la magnitud de las corrientes migratorias desde la comunidad gallega hacia otros países o los exilios durante la Guerra Civil y la dictadura. En este sentido, el docente apunta que la norma aprobada en 2008 tuvo una acogida en México y Argentina, si bien para los argentinos "no fue tan amplia como les hubiese gustado". Incluso en Cuba -destaca- tuvo repercusiones "positivas" y el tener la doble nacionalidad permitió que aumentase la movilidad y las posibilidades de viajar al extranjero desde la isla.