-¿Qué balance hace de la ley de la memoria histórica cinco años después de su aprobación?

-Es altamente positivo porque con ella se repararon flecos tan importantes como el reconocimiento del exilio, la eliminación de sanciones aplicadas en la época franquista o la concesión de la nacionalidad a los familiares de exiliados. En definitiva, permitió hacer la transición desde un punto de vista de la memoria y conocer mucha información del pasado que hasta ahora se desconocía como los archivos militares.

-¿Cuál es la esencia de esa normativa?

-Como destacó en el seminario el exministro de Justicia, Francisco Caamaño, la voluntad política de la norma era conectar con la ciudadanía y sobre todo con los nietos del franquismo que no vivieron esa época. Una de los aspectos clave del texto es que no solo se suspenden los juicios pendientes, sino que se anulan directamente los tribunales que los juzgan.

-¿Qué importancia tiene esta ley para entender el pasado?

-Si desconocemos el pasado y no queremos enfrentarnos a él desde el conocimiento ni somos capaces de construir un discurso democrático que lo enfrente y, por el contrario, lo recordamos desde el desconocimiento ese cóctel puede ser explosivo. La ley supuso tener un conocimiento plural y profundo del pasado.

-¿En qué aspectos falla?

-El Gobierno que aprobó la ley de la memoria histórica concedió mucho valor a la reconciliación asumida por todos en la transición y al perdón, cuando esa idea no funciona si no hay un reconocimiento. El Estado no puede perdonar. Existe además una confusión porque a la hora de reconocer esa realidad hay que tener en cuenta que la clave no está en la Guerra Civil, sino en el golpe de Estado que la causó por parte de un grupo que arrebató el poder a otro. No se puede asumir el pasado desde la ignorancia y el silencio.

-¿Ha sido efectiva la norma estatal a la hora de aplicarla a la práctica?

-La ley funciona a medio gas y está hibernada porque no se fomenta ni se le dota de recursos. El Gobierno actual no aprobó la norma ni lo haría nunca. Una necesidad inmediata derivada del texto es que muchas personas precisan fondos públicos para hacer cumplir lo que se recoge en el documento y llevar a cabo lo que promulga como algo tan concreto como la exhumación de cadáveres de fusilados.