La crítica situación que atraviesa el campo gallego debido a la caída del precio de venta de la leche desde el inicio de la crisis -pese a la tímida recuperación de este año- que no llega para cubrir los costes de producción han provocado que el sector primario deje de ser una opción para los parados de otros sectores porque el desempleo también se ceba con los agricultores y los ganaderos gallegos. El rural ya no funciona como refugio para los desempleados de la construcción o el sector servicios porque el campo gallego perdió en los últimos cuatro años más de 14.000 ocupados, según los últimos datos publicados de la Encuesta de Población Activa (EPA).

El secretario de la Executiva de Unións Agrarias (UUAA), Óscar Pose, destaca que la imposibilidad de acceder a créditos para mantener las explotaciones unido a la crisis de los precios de los productos agroganaderos ha provocado que haya aumentado el nivel de cierres de granjas aunque -aclara- muchos aún con pérdidas no pueden dejar la actividad porque no amortizarían la inversión realizada.

De los 93.800 trabajadores en explotaciones de la comunidad gallega contabilizados en 2008 se pasó a los 79.800 del año pasado, lo que supone un descenso de más del 14%. La recesión no se nota solo en los que trabajan por cuenta ajena en el rural gallego sino también en los asalariados que prestan sus servicios en algunas explotaciones del sector ganadero pero sobre todo en grandes huertas y viñedos de la comunidad. Esta figura apenas representa un 25% del total y desde el inicio de la crisis se ha reducido en 2.600 los incluidos en esta categoría de 25.700 a 23.100.

La provincia más afectada por la sangría del desempleo en el sector primario es Pontevedra, donde se han perdido 5.300 puestos de trabajo desde 2008, lo que supone una caída de más del 19% en este periodo. El paro también se ceba en A Coruña y Ourense con un descenso del número de ocupados en un 12%, aunque en números absolutos la provincia coruñesa se quedó sin 3.600 efectivos frente a los 900 que se recortaron en el área ourensana. Por su parte, el empleo en Lugo bajó en casi un 9% a costa de perder 2.300 trabajos. En la actualidad Lugo y A Coruña con más de 22.000 ocupados en cada caso representan más del 30% del total cada uno, mientras que los 18.900 trabajadores registrados en la provincia de Pontevedra suponen más de la cuarta parte y Ourense apenas llega al 7% con 5.000 empleos.

Pose destaca que la situación es "límite" en algunas áreas desfavorecidas de montaña donde las pérdidas y los cierres pueden provocar que se queden sin ningún tipo de producción. En estas zonas -explica- las explotaciones extensivas de carne dependían de subvenciones de las administraciones para poder "sobrevivir" y después de un año sin ayudas "no pueden vender sus productos a un precio tan elevado para compensar costes".

También es consciente de que "una explotación no se puede hacer rentable solo con ayudas". Por eso, avisa de que para que la sangría no sea mayor en el sector lácteo y sea "uno de los que más parados aporte", es necesario regular los precios a través de la Ley de la Cadena Alimentaria. Donde sí que ve un hilo de esperanza es en el crecimiento de las huertas en Galicia que, en su opinión, tienen "mucha capacidad" y están "poco explotadas".