La implantación del límite de velocidad en 130 kilómetros por hora en las autovías y autopistas gallegas supondría un ahorro en términos de productividad de entre 5,5 y 7 millones de euros, descontado ya la subida del coste derivado del mayor gasto de gasóleo, según explicó ayer el conselleiro de Infraestruturas, Agustín Hernández.

Hernández mostró ayer su aval a esta medida en el transcurso del pleno y reconoció que se aumentarían las emisiones de CO2 a la atmósfera, como aspecto negativo, pero incidió en los resultados "positivos". Estos datos analizados en el debate parlamentario y se basan en un estudio de la Axencia Galega de Infraestruturas, que evaluó la repercusión de la modificación propuesta en términos económicos sobre el coste generalizado del transporte.

Para eso se hizo una estimación de los costes del tiempo y del carburante en las autopistas y autovías gallegas, que se basó en los vehículos ligeros, únicos autorizados en superar los 120 km/h, y que fue obtenida a partir de los datos de tráfico del año 2010, que ascendía a 5,6 millones de vehículos ligeros por kilómetro y año. Del análisis realizado de los datos, teniendo en cuenta solo vehículos ligeros y las hipótesis manejadas, el porcentaje de vehículos que podría viajar a más de 120 km/h estaría comprendido entre el 53% y el 42%, es decir, entre 2,1 y 2,6 millones.

Además, el volumen de tráfico supondría un ahorro en costes de tiempo cifrado entre los 21 y los 26 millones de euros, mientras que el coste de carburante, representaría un incremento conjunto de entre 15 y 20 millones (calculando que se consumirían 0,75 litros y a un precio de 1,43 euros por litro). De esta forma -señalan- la medida que se propone es "positiva", al implicar un ahorro en términos de productividad que se puede estimar entre los 5,5 y los 7 millones.