Francisco Aréchaga acaba de ser nombrado director general corporativo de Mineira de Corcoesto. Desde los años 90 ha dirigido la mina de As Pontes. Férreo defensor de la minería sostenible, este asturiano que lleva gran parte de su vida en Galicia, acepta responder a las preguntas pese a la gran contestación social que ha generado la mina de oro a cielo abierto en Corcoesto.

-Supongo que será un reto para usted.

-Yo creo en el proyecto. Antes de integrarme en la empresa estuvimos hablando y somos coincidentes en la visión general. La minería hay que hacerla bien, una minería sostenible, que es la única posible hoy en día, y más que un reto personal yo soy profesional que tengo un aliciente que es contribuir al desarrollo de Galicia.

-¿Le costó mucho decidirse?

-No me costó tomar la decisión.

-Usted es un férreo defensor de la minería sostenible.

-Es que es la única minería posible hoy en día. Aquí no hay dos tendencias. La única minería posible es la minería sostenible.

-Por si hay dudas, ¿qué es la minería sostenible?

-El concepto de minería sostenible tiene que ver con cómo desarrollas ese trabajo. Afectas a una superficie de terreno, esa superficie la regeneras para poder seguir aprovechándola para otros fines; las personas que trabajan en esa actividad trabajan en las mejores condiciones de seguridad y la mina está integrada en el territorio donde se desarrolla su actividad.

-La minería sostenible será sostenible cuando acabe el proyecto pero durante el proceso en Corcoesto se va a remover el equivalente a 530 campos de fútbol empleando explosivos; se va se genera un cráter de un kilómetro y medio de ancho; se va a utilizar media tonelada de cianuro; se van a realizar cinco grandes detonaciones a la semana; se va a consumir al día el agua que gastan de media 22.500 personas? Muy sostenible no parece.

-El gran problema de este proyecto es que no se ha explicado suficientemente bien. Este proyecto es una réplica de cientos de proyectos que hay. No es un proyecto que se ha diseñado solo para Corcoesto. Que nadie piense que se va a hacer algo que nunca se hecho en otro lugar.

-Qué se haya hecho en otros lugares no quiere decir que esos proyectos se hayan realizado de una forma adecuada.

-El concepto de bueno y malo es muy subjetivo. Hay que ver cuál es el punto de vistas de esas sociedades. Vas a As Pontes y la gente está encantada con la mina y vas a Cerceda, no lo conozco tanto, pero también. Tú hablas en As Pontes de la minería y la gente está encantada.

-Entonces, ¿por qué hay ese rechazo si, en teoría, la mina sólo reportará aspectos positivos?

-Es el miedo a lo desconocido. Y eso es lo que estamos tratando de explicar. Me pregunto a cuánta gente que piensa de otro modo se le ha explicado el proyecto.

-¿Le preocupa que haya tanto rechazo?

-Hay apoyos y hay gente que está en contra. Hay una cantidad de gente en la Consellería de Medioambiente y en la de Economía, que estaba ahí desde hace mucho tiempo y que va a seguir ahí, y ha analizado todo el proyecto y ha otorgado la declaración de impacto ambiental favorable.

-Supongo que también conocerá la Sociedade Galega de Historia Natural?

-No quiero hablar de terceros. No me corresponde. Pero ¿entre la Sociedad Galega y los técnicos de la Xunta a quién le da más credibilidad?

-A los dos. ¿Por qué no? La Sociedade Galega de Historia Natural ha publicado tres informes científicos que muestran la relación entre la contaminación por arsénico en la cuenca del Anllóns con la actividad minera en Corcoesto.

-Yo ahí lo único que tengo que decir es que ese informe está perfectamente contestado por otro de Jordi Delgado, catedrático de la Universidade de A Coruña.

-¿No hay ningún problema para la salud de las personas que vivan en la comarca?

-No, ningún problema.

-Entonces, usted iría a vivir a Corcoesto durante los ochos o diez años que va a durar el proyecto de la mina.

-Absolutamente.

-Aunque haya cinco grandes detonaciones a la semana?

-Si yo vivo al pie de la mina, a cinco metros, y están barrenando allí cada dos horas pues claro que me molesta, pero si vivo a 500 metros las voladuras ni las notas.

-¿No las nota? ¿Seguro que no?

-No lo sé. ¿Seguro que sí?

-Seguro que sí. Sin duda.

-Pero en este tipo de mina a cielo abierto los ruidos van a ir para arriba. Pero no creo que haya que discutir si lo oyen o no. ¿Que si viviría allí? Es que yo he vivido al lado de una mina toda mi vida.

-La empresa ha ido a peritar las casas para cuando les salgan grietas. Entonces les va a afectar.

-Desconozco eso. En las casas que estén cerca, lógicamente, habrá que indemnizar a los propietarios y llegar a un acuerdo con ellos.

-El gran riesgo de Corcoesto, según sus detractores, está en el uso de cianuro para lavar la roca y obtener las partículas de oro, y en la liberación de arsénico del suelo. El cianuro es una sustancia peligrosa.

-El tabaco tiene cianuro, las peras, las manzanas, las almendras... No hay ningún peligro. Esta mina tiene la última tecnología, con los últimos requerimientos. Las cosas cada vez se hacen mejor.

-Entonces no hay peligro de que haya accidentes.

-Asegurarlo al cien por cien, no. Porque no puedes asegurar que se vaya a caer este edificio. Pero ¿qué probabilidad hay que se caiga? Ninguna. Pero no lo puedo asegurar al cien por cien. ¿Va a haber aquí algún accidente? No. Las balsas no se van a romper porque están perfectamente confinadas, aparte del dique que está perfectamente diseñado.

-Dan la sensación de estar muy seguros de que la Xunta les va a conceder el permiso.

-No. La Xunta nos dará el permiso o no. Nosotros tratamos de organizarnos para transmitir confianza y decir que no va a haber ningún problema.

-Manejan plazos de cuándo les puede responder

-No. Depende de la Xunta, no depende de nosotros.

-La Xunta les exigió que demuestren "una solvencia mínima del 25% de fondos propios sobre la inversión del proyecto".

-En eso estamos trabajando para conseguir el apoyo de empresas.

-Entonces, hasta que no consigan esos apoyos la Xunta no les va a dar su beneplácito.

-Claro.