Ofrecer una solución más ágil en algunos conflictos para evitar que las partes acudan a juicio y lleguen a un acuerdo es el objetivo prioritario de la mediación judicial, una práctica que poco a poco gana adeptos y avanza a paso firme en la comunidad. Desde que el pasado marzo se crearan las mesas de trabajo instauradas por el Grupo Europeo de Magistrados de Mediación (Gemme) para promover la implantación de este sistema en la justicia gallega a través de iniciativas formativas, son ya más de 400 profesionales los que se han formado en los de talleres prácticos que tanto el Consello da Avogacía Galega como colegios de abogados e incluso universidades y escuelas de Práctica Xurídica han impartido en toda Galicia.

Desde el Consello da Avogacía Galega destacan que la lista de espera no deja de aumentar y por eso esperan que la formación continúe por lo menos durante todo 2014 y si continúa la tendencia actual al final del proceso haber formado a 1.200 letrados. Fuentes del organismo señalan que la respuesta de los profesionales relacionados con la actividad jurídica a la mediación ha sido "entusiasta", lo que se demuestra con la lista de espera que existe en todos los colegios de abogados para acceder a los cursos. De hecho, cuando se convocó el primer taller "el medio centenar de plazas se agotó en un solo día".

Como la mediación abarca muchos ámbitos y cada caso es diferente, los abogados interesados en la mediación que acuden a los talleres intentan asistir al mayor número posible para coger experiencia y enfrentarse a distintos supuestos que luego pueden encontrarse en la realidad.

Ante el repunte de la demanda de este tipo de formación sobre el fenómeno de la mediación, sobre todo a raíz de la entrada en vigor de la ley de mediación en materia civil y mercantil, desde el Consello da Avogacía Galega ofrecen un curso alternativo y complementario a los que imparten colegios de abogados y otras instituciones. Las ventajas de este curso es que se puede realizar la parte teórica online y ofrece la posibilidad de reservar para las clases presenciales solo los talleres prácticos, a las que se exige la asistencia a 16 horas en cada uno de los siete colegios de abogados de Galicia: A Coruña, Ferrol, Santiago, Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo. Al superar el curso, el órgano y el respectivo colegio de abogados emiten un título que habilitará al alumno para inscribirse como mediador profesional en cualquiera de las instituciones de mediación que se creen en la autonomía.

Galicia se encuentra en una primera fase de concienciación a la ciudadanía sobre cuál es la filosofía del sistema, porque a menudo se confunde con otros, como la conciliación o el arbitraje. La comunidad gallega puso en marcha en 2011 una ley de mediación judicial para casos de familia y cuenta con ejemplos como el servicio de mediación familiar en Santiago que funciona desde 2009.

La idea inicial era extender el sistema a las siete ciudades gallegas, pero solo la capital compostelana y Ourense cuentan con una oficina. Otras autonomías como Cataluña y País Vasco llevan más camino recorrido en este terreno, pero en la Justicia gallega ya ha habido experiencias en el ámbito familiar.

Algunos sectores de la Justicia consideran que no hay que entender la mediación solo desde el punto de vista económico y como una fórmula "más barata" para reducir la sobrecarga de los juzgados en tiempos de crisis. Entienden que reducir la concepción del modelo a esa idea es un "error", debido a que la mediación tiene otras ventajas como el hecho de que ambas partes puedan llegar a un acuerdo y quedar satisfechos con el resultado con ayuda de un mediador sin tener que ir a juicio. Los más críticos están de acuerdo en la aplicación de la mediación en el ámbito civil aunque descartan que se extienda a los procesos penales.