Además de reclamar un descenso del IVA, el sector reclama también una reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que pagan por sus instalaciones y que ha ido en ascenso desde 2012. Las primeras movilizaciones comenzaron el pasado verano y varios hoteleros se decidieron a negociar con los ayuntamientos o contratar una consultora para que revisase la superficie y los usos de sus espacios y conseguir así abaratar el precio de la contribución que pagan al año, y que en algunos casos puede alcanzar los 30.000 euros.

El vicepresidente de Cehosga, César Ballesteros, confirma que ya hay casos en los que los empresarios han conseguido rebajas entre el 20% y el 40%, aunque elude dar cifras y sobre todo nombres. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) contrató el año pasado una consultora para conseguir revocar estas subidas y algunos hoteleros gallegos han seguido su ejemplo. "A raíz de cualquier necesidad surgen empresas dispuestas a ayudar", destaca Ballesteros, quien añade que en una situación normal los propietarios de negocios de hostelería no se pararían a revisar lo que pagan por el IBI debido a todos los trámites que eso conlleva. "Pero cuando se acumulan tanto tiempo continuado de pérdidas y la situación del establecimiento se complica hace falta revisar todo", aclara.

Considera que el problema está en que la cantidad que abonan estos locales varía según la superficie y los usos que se le den a cada espacio, ya que -explica- a veces se cataloga como restaurante y se paga más por un salón que se usa solo unos días para eventos puntuales.