"Angustiados, solos, desinformados y con ganas de que les escuchen". Es como se sienten la mayoría de las víctimas después de un accidente de tráfico, según explican desde la Unidad de Víctimas de Accidentes de Tráfico (UVAT) de A Coruña, una de las 52 repartidas por el territorio nacional que desde febrero del año pasado se encarga de "velar por los derechos de los usuarios ofreciéndoles información y asesoramiento tras un siniestro". En Galicia hay cuatro unidades -una por provincia- y en un año se han abierto 14 expedientes: tres en A Coruña, cinco en Lugo, cuatro en Ourense y dos en Pontevedra. A nivel nacional se han atendido a medio millar de víctimas.

Un año después de la puesta en marcha del servicio, la Xunta y la Dirección General de Tráfico (DGT) firmaron ayer un acuerdo para que "no haya espacios muertos" en el acompañamiento que la Administración haga hasta que finalice la intervención. El vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, se reunió ayer con la jefa de la unidad de coordinación de las UVAT, María José Rodríguez Armenta, para promover la cooperación entra ambos organismos a través de un protocolo que "facilite las cosas" para las víctimas con un catalogo de medios que incluye servicios de emergencias, médicos, forenses, psicólogos, asociaciones de víctimas o colegios de abogados. Rodríguez Armenta destaca que hay servicios "menos aprovechados" que podrían usarse más para maximizar el rendimiento si hubiese una mayor coordinación".

Los dos funcionarios al frente de la UVAT de A Coruña se encargan de orientar a los usuarios en todos los pasos que debe seguir y sobre los colectivos implicados a los que debe dirigirse. Una vez cerrado el caso desde la UVAT continúan el seguimiento durante un año y vuelven a ponerse en contacto con la víctima cada trimestre. La coordinadora de la unidad en A Coruña, Rosa Sancho, recuerda el caso de un peatón de 75 años que fue atropellado en un paso señalizado y sufrió una rotura de pelvis. Agentes de la Policía Local que acudieron al lugar de los hechos informaron a la familia de la existencia de la UVAT adonde acudió su hija para informarse de si se había hecho atestado para determinar que su padre no era culpable. Un trabajador de la unidad contactó con la policía para solicitar los datos, aconsejó a la usuaria que guardase los partes médicos y le comentó dónde podían asesorarle sobre la prestación de ayudas.

Atropellos y problemas con las compañías de seguros son los casos más frecuentes que reciben en la sede coruñesa. En su labor diaria, además de la atención al público tanto telefónica como por correo, empleados del organismo están en contacto con entidades públicas y privadas para intercambiar y actualizar datos. En el caso de la coordinación con la Xunta se reforzará con el acuerdo firmado ayer.