Anoche arrancó la campaña de las elecciones europeas que se celebrarán el próximo día 25 y que, además de recomponer el Parlamento europeo tras cinco años de crisis económica, testarán también la reacción ciudadana ante el debate sobre la recuperación, en la que insiste el Gobierno y que niega la oposición. Además, en Galicia medirá el estado de forma de cada formación a un año de celebrarse las elecciones municipales y después de varios meses de escándalos de corrupción como el caso Pokemon.

Las encuestas muestran ya la posibilidad de una abstención muy alta, evidenciando la brecha entre políticos y ciudadanos, pero también apuntan a una victoria del PP. En Galicia, el jefe de filas de los populares y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha fijado como meta acercarse al 50% de votos, que superaron en 2009, con la plaza ya garantizada para Francisco Millán Mon (número 8), pero queda lejos de los tres diputados que llegó a alcanzar con este, Carmen Fraga y Daniel Varela en 2005.

Su reto para calibrar el impacto del escándalo Pokemon y sus secuelas en Santiago y A Coruña en sus fieles, aspecto que también afecta al PSdeG en Lugo y Ourense. Feijóo ya adelantó el eje de campaña atacando la herencia recibida, ya no de Touriño, sino de Zapatero y definió al PP como "sinónimo de futuro".

La cita también supondrá el primer examen para el liderazgo de José Ramón Gómez Besteiro, que ayer acompañó a José Blanco en Vigo, donde este pidió "no resignarse" y votar. Uno de los restos socialistas pasa precisamente por frenar el avance de AGE, que cabalgando sobre el carisma de Beiras y el malestar por los recortes sueña con situarse como segunda fuerza en la comunidad.

Para ello debería vencer su fractura interna, aunque parece que Lidia Senra tiene garantizado su asiento en la Cámara europea, donde pretende que "se devuelva el poder a las mayorías sociales agredidas por las políticas de austeridad". El resultado de AGE y el del BNG también permitirán calibrar el estado del bipartidismo y si este debe ser entendido como PP contra el resto de fuerzas de izquierda que se reparte el resto de votos.

El Bloque llega a la cita proclamando su recuperación agarrándose a la encuesta del CIS, que da un escaño a su coalición con Bildu, atacada constantemente por el PP. En función de sus votos, Ana Miranda, que insistió en que es la garantía de que "Galicia esté en Europa", logrará sentarse de nuevo en Bruselas, aunque estos marcarán su estado real. En 2009 rondó los 100.000 apoyos.

Los ciudadanos de Cataluña son los más interesados en las elecciones europeas, seguidos de los de Galicia, y Castilla y León y los de Extremadura, según un informe divulgado del Instituto de Prospectiva Internacional.