Podemos se representa gráficamente con una circunferencia y llama "círculos" a sus asambleas temáticas y territoriales. El partido que el domingo multiplicó por cinco el respaldo electoral que le asignaban las encuestas se identifica con un anillo físicamente cerrado sobre sí mismo y expresamente "abierto" en la filosofía de la que responde la organización. Quieren ser "movimiento ciudadano" antes que partido político, adoptan el espíritu asambleario de participación libre que organizó los cónclaves del 15-M, publican sus cuentas en su página web, eligieron a los componentes de su candidatura europea en unas primarias abiertas con 33.165 participantes, abrieron a la intervención pública el proceso de elaboración de su programa electoral.... Esa es la teoría. A la cabeza de su autorretrato resume que "Podemos es un método para el protagonismo popular y ciudadano".

Con esos mimbres y la fuerte exposición mediática de su líder, tertuliano habitual en la máxima audiencia de todos los sábados, y manejando la fuerza aglutinadora del descontento que tienen las redes sociales, el partido español que se llama como la traducción al castellano del lema que hizo a Barack Obama presidente de Estados Unidos puso en las europeas del domingo su aliento en el cogote de los partidos mayoritarios cuyo dominio dice querer combatir. Fueron el cuarto más respaldado tras PP, PSOE e IU.