Tras el cierre de las urnas el pasado domingo, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y del PP gallego, atribuía a la irrupción de Podemos y a la abstención del votante popular la pérdida de 200.000 papeletas y 15 puntos de su formación respecto a las elecciones europeas de 2009, al deslizar que esta desmotivación podía deberse a que entendían "que no se jugaban los concellos, las ciudades gallegas, la Xunta o el Gobierno de España". Un día después, en la reunión de la cúpula del PP, trasladaba a puerta cerrada su preocupación por el impacto de los casos de corrupción. Ayer, tres días después del 25-M, admitió el efecto de las investigaciones judiciales a cargos de su formación. "Los asuntos relativos a la corrupción tienen, sin ninguna duda, un peso no menor en la decisión de las personas que votaron en blanco, se abstuvieron, votaron formaciones inéditas o no votaron", concedió a preguntas de la prensa.

Los datos ya muestran un mayor desgaste popular en algunas de las ciudades más salpicadas por investigaciones sobre corruptelas, como A Coruña y Santiago. En la primera, se dejan 17,6 puntos y en la segunda, 20, víctimas en ambos casos del caso Pokemon, además del escándalo en la capital gallega de siete ediles juzgados por decidir pagar con dinero público la defensa de otro concejal imputado en esa investigación de corrupción.

Las señales de alerta se han encendido en el PP, pues a un año de las municipales se abren ventanas de riesgo en las alcaldías en que gozan de mayoría absoluta, al tiempo que esas derrotas podrían acarrear problemas para revalidar la diputación coruñesa. En la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta y antes de iniciar su viaje institucional a Japón, Feijóo admitió la necesidad de "autocrítica", aunque matizó que deberá abordarse "desde la victoria", pues, recordó, el PP ganó las elecciones.

Esa reflexión se acometerá sin demora, idea que lanzó a los suyos durante la sesión de control parlamentaria. "Es bueno hacer autocrítica desde la victoria y hacerla a tiempo, para no tener que hacerla a destiempo", apuntó a falta de un año para los comicios locales y tras comprobar que la izquierda podría gobernar todas las urbes.

Como elemento clave en el comportamiento de las ciudades, sin embargo, destacó la baja participación, al tiempo que abogó por recuperar la bandera de la regeneración democrática con la que llegó al poder. "No basta recuperar los indicadores económicos, sino también hay que recuperar la ilusión ciudadana en las instituciones. Trasladar que haríamos lo que ellos, si estuviesen en nuestro lugar", alegó sobre la posible factura electoral por los recortes, lo que convirtió el 25-M en la cita con las urnas "más difícil de la historia" . Si no explican bien sus políticas, les costará "muchos votos", añadió.

Su mensaje sobre el peso de la corrupción se produjo un día después de que el edil de Santiago Adrián Varela, imputado en la operación Pokemon, dimitiese de su puesto al alegar motivos personales un año después de que la juez comenzase a investigarlo. El martes Alfonso Rueda, número 2 del PP, como antes la portavoz municipal, admitió por primera vez el "error" de que el gobierno local acordase pagar la defensa de Varela.

"Es una decisión, sin duda, personal con la que estoy plenamente de acuerdo y que me alegro que adoptase", declaró Feijóo tras el Consello, y deslizó que este ya había comentado esa posibilidad y que su actitud lo diferencia de lo que "ocurre en otros partidos" donde no se producen esas dimisiones, en alusión, por ejemplo, a los regidores socialistas de Ourense o Lugo. En el propio consistorio santiagués siete ediles más el alcalde, del PP, están imputados.

Feijóo también negó que influyese en la dimisión el hecho de que Varela el día en que recibió una notificación para declarar en un juicio por intentar despedir a la esposa de un sindicalista. "Si fuese por esa razón, su dimisión no se produciría", aseguró.

A la hora de abordar estas cuestiones, el presidente de la Xunta aprovechó para destacar al "cataclismo" del PSOE y alertarlo contra seguir la senda de Podemos: "Adoptar posturas temporales de organizaciones temporales no es útil para sus votantes".